Periodistas, con el temor a flor de piel 

Reciben amenazas de políticos y funcionarios públicos por su trabajo informativo crítico   

 

No son pocos los periodistas de la zona norte de la entidad que han sido víctimas de amenazas de parte de algunos políticos y funcionarios públicos por el sólo hecho de criticar objetivamente su desempeño.

Tal parece que estos personajes lo único que quieren es que se hable bien de ellos, “que les echen flores”, cuando en realidad su trabajo deja en ocasiones mucho que desear, incurriendo inclusive en actos que rayan en la corrupción, tráfico de influencias, entre otras cuestiones de no menor importancia y que los mantienen bajo la lupa de la sospecha entre la ciudadanía.

Quien no se plega a sus caprichos, dicen comunicadores consultados pero que declinan proporcionar sus nombres ante el riesgo de que las amenazas se hagan realidad, son advertidos con “levantarlos” por medio de corporaciones policiacas, “sembrarles evidencias” que los conviertan en personas sujetas al ejercicio de una ley que manejan a su libre albedrío.

Esta práctica se ha generalizado en el estado de Sinaloa, pero de manera principal en la zona norte, donde las disputas por candidaturas a puestos de elección popular, ya sea alcaldías o diputaciones se encuentran a la orden del día.

A los aspirantes no les importan los medios para lograr sus propósitos. Incluso utilizando el método de la intimidación.

Otro aspecto destacable es la guerra sucia que entre funcionarios municipales se ha desatado a través de las redes sociales utilizando a incondicionales, quienes lanzan pestes en contra de quien consideran enemigo.

Pero la cobardía es otra de sus características, ya que ninguno acepta ser “el cerebro” de tales campañas maquiavélicas, cuando en realidad de manera soterrada o abiertamente, incitan para denigrar al contrincante, con o sin razón

Es decir, las pugnas internas en ayuntamientos se encuentran al rojo vivo.

Y a quienes “se llevan entre las patas” son a los comunicadores, que también han recibido serias advertencias y hasta amenazas de muerte si no les cumplen sus caprichos en busca del posicionamiento ante la sociedad que los convierta en candidatos a algún cargo.

La consabida “vocación de servicio” simplemente es letra muerta. Es la lucha por el poder que a la vista de la ciudadanía sólo tiene un objetivo: el enriquecimiento personal.