Cambios en Seguridad Pública; ¿y en Vialidad?  

POR: JORGE ARAGÓN

Sostener al corrupto José Ramón Cervantes como director sería un error para el capitán Carlos Alberto Acuña Ronquillo   

Con la llegada del capitán Carlos Alberto Acuña Ronquillo a la titularidad de la Dirección General de Seguridad Pública y Tránsito Municipal en Ahome, parece que para José Ramón Cervantes Fierro como titular de Vialidad, la suerte está echada.

Para muchos no son un secreto las corruptelas en las que este jefe policíaco ha incurrido desde que se hizo cargo de la dependencia, en la que abundan elementos que son sus fieles subalternos, o más bien achichincles y cómplices, con los cuales ha conformado un excelente equipo pero no para luchar por la seguridad, sino para hincharse sus bolsillos de dinero obtenido a base de “mordidas” y otras modalidades que pudieran ser constitutivas de delito.

Muchos de los agentes de Vialidad han expresado con optimismo que ahora sí, posiblemente, lleguen a su fin las rapacerías que ha estado cometiendo con total impunidad Cervantes Fierro; que el cambio llegue en la dirección pero con una persona honesta, de alta responsabilidad, y que realmente sea alguien que merezca la confianza del nuevo jefe policíaco pero, sobre todo, del alcalde Álvaro Ruelas Echave.

Luego del nombramiento de Acuña Ronquillo como titular de Seguridad Pública, se vieron muchas caras sonrientes en la Dirección de Vialidad, pensando que la corrupción, signo distintivo de Cervantes Fierro, ha llegado a su fin.

Sin embargo, consideraron que el nuevo director general no está aún enterado de las rapiñadas en que por tanto tiempo ha incurrido “El Che”, por lo cual debe de buscar un mecanismo para enterarse de manera fehaciente de todo el mal que el aún director de Vialidad ha hecho amparado en una maraña de complicidades.

Sus mismos subalternos le dan pistas: que hurgue en la expedición de permisos para vehículos de carga, a dónde van a dar parte de los recursos captados por concepto de multas por el alcoholímetro.

“Se han enriquecido; se han llenado los bolsillos de dinero”, dijeron los indignados agentes, ya que “por unos cuantos corruptos piensan que todos somos iguales”.

Recordaron el suceso del agente Alcorcha, uno de los incondicionales de Cervantes Fierro, quien hace tiempo hirió de un balazo a su propio hermano, cuando aparentemente corrían una parranda.

Lo único que esperan los agentes de tránsito que luchan por el buen nombre de la corporación, es que el capitán Acuña Ronquillo llegue con mano dura y eche para afuera todo lo que le está haciendo daño a la corporación: José Ramón Cervantes Fierro y su banda de corruptos.