Desfondar a Morena con Rocha, Imelda y Tere; operan Rafael Oceguera y Gandarilla

Ciudad de México.- En la estrategia para “desfondar” a Andrés Manuel López Obrador en Sinaloa operan “asociados” Rubén Rocha Moya, Imelda Castro Castro y María Teresa Guerra Ochoa; Rafael Oceguera Ramos y Víctor Manuel Gandarilla Carrasco, de la Segob; el dirigente estatal del PRI, allá, Carlos Gandarilla, dos ex gobernadores y Quirino Ordaz Coppel, mandatario en funciones.

A esta conclusión llegó el grupo de seguimiento y estrategia de Andrés Manuel López Obrador sobre “El caso Sinaloa”, tras una investigación/consulta realizada “en tierra” en los 18 municipios de aquel estado y un levantamiento histórico-político-electoral.

En Sinaloa la brigada detectó “un inusitado” movimiento periodístico-informativo, inversión en medios para “limpiar” las figuras de Rocha, Imelda y Teresa Guerra, para “desvincularlos” del Poder Estatal, de los ex mandatarios Juan Millán y Jesús Aguilar Padilla y de Quirino Ordaz.

“No es lo mismo el año 2000 o el 2006 que diez u once años después. La izquierda en Sinaloa no existe. Es una falsa izquierda que ha servido lo mismo al PRI que al PAN. Rocha es una farsa, un mito. Trabaja para Quirino. Tiene el estigma del PRI, de dos ex gobernadores del PRI; Imelda sirvió al gobierno de Mario López Valdez; Tere Guerra tampoco representa votos”

La investigación morenista arrojó que Andrés Manuel López Obrador no tiene contemplado ceder posiciones “para que lo truenen desde adentro” como ha sucedido en otras ocasiones. Ya tiene visualizados candidatos a diputados federales y al Senado de la República en Sinaloa, pero no se incluye a la gente de los ex gobernadores ni a la de Quirino Ordaz Coppel. Ellos traen su juego. Nos quieren filtrar. Reventar, la estrategia es muy  clara”

Morena está interesado en sumar “cuadros políticos” que jalen votos. Rubén Rocha trae muchos negativos, más que Imelda y Tere Guerra. La más joven es Imelda, los otros ya casi llegan a los 70 años de edad. Están llenos de mañas y sus hojas de ‘servicio político’ registra altas traiciones.

El ADN político de Rubén Rocha Moya y Tere Guerra es casi similar: proceden de la falsa izquierda, la del bramido y el desorden que cobró fuerza entre estudiantes y maestros en los años setenta, llevándolos al uso de la fuerza para desestabilizar, desatando la violencia en el país, tronando universidades públicas, a las que convirtieron en refugio de “guerrilleros”, asaltantes de bancos y otros malvivientes. Los dos han militado en esa falsa izquierda que terminó entregada al PRI o al PAN.

Rubén Rocha y Tere Guerra fueron fracasados candidatos a puestos de elección popular por el PRD cuando la amenaza y el insulto estaban por encima de la propuesta y el juego civilizado y democrático. Gozaban de cierto “arrastre” por el uso de un reducido grupo de universitarios, ahora jubilados, sobre quien pesa el estigma histórico de haber convertido a la UAS en Universidad-Fábrica-Partido-Cantina.

El capital político de ambos se “esfumó”. Carecen de presencia física-social y no tienen estructura territorial. El paso de los años pesa sobre sus humanidades. El desgaste físico se refleja en sus rostros marchitos.

La investigación desarrollada por el grupo de seguimiento y estrategia de Andrés Manuel López Obrador coincidió con el análisis/artículo que se publicó aquí y que se tituló “Enviados de Quirino y dos ex gobernadores del PRI ‘los  infiltrados’ del PRD en Morena”.

En el diagnóstico se reveló que a Rubén, Imelda y a Tere Guerra se le conoce como “los infiltrados” de la “camarilla mafiosa”  de Sinaloa. “Los tres sinaloenses ofrecen la percepción de que son enviados por ex gobernadores del PRI y del propio mandatario Quirino Ordaz Coppel a reventar desde adentro el proyecto político electoral de AMLO”.

En ese trabajo periodístico, publicado aquí en La Izquierda/por la Regeneración de Sinaloa, se estableció que “para López Obrador es sospechoso y “demasiado curioso” que la prensa sinaloense “dibujen a Rocha, Irma y Tere, como la novena maravilla del mundo político, intelectuales y luchadores sociales, cuando no lo son, porque uno es propiedad del PRI, la otra “una figura de papel” y la otra “es una tempestad”, que se presta para “violentar proyectos políticos” no afines al PRI o al PAN.

Pese a las conclusiones, la investigación sobre “las intenciones de los tres sinaloenses” por órdenes de Andrés Manuel López Obrador sigue abierta en la mesa de trabajo que analiza el comportamiento político de Sinaloa.

El equipo de estrategas de AMLO precisó que “no hay candidaturas para ninguno de los tres sinaloenses”, enviados por los ex gobernadores y Quirino.

El primer caso de “infiltración” que vivió en Sinaloa Andrés Manuel López Obrador fue en el 2006 cuando encabezó la candidatura a la presidencia de la República por la “Coalición por el Bien de Todos”.

Víctor Manuel Gandarilla, que ahora trabaja como delegado de la Segob en Sinaloa, simuló la deserción al tricolor y fue postulado candidato al Senado de la República.

Gandarilla “trabajó desde adentro del PRD”, desde adentro de la Coalición,  para derrotar Andrés Manuel López Obrador. A la par, el empresario Enrique Coppel Luken conminada a sus trabajadores de las tiendas Coppel y a la sociedad a votar contra AMLO y a favor del panista Felipe Calderón Hinojosa.

Según los reportes del equipo de seguimiento y estrategia electoral, el “infiltrado” en el 2006 como candidato al Senado del PRD, Víctor Manuel Gandarilla, es actualmente delegado en Sinaloa de la Secretaría de Gobernación y su hijo, Carlos, es dirigente estatal del PRI en Sinaloa. El jefe político de Víctor Manuel Gandarilla, es el operador Rafael Oceguera Ramos, coordinador de delegaciones de la Segob en el noroeste del país.

Rafael Oceguera trabajó para Jesús Aguilar Padilla como secretario general de Gobierno, gabinete en el que se desempeñaba como coordinador de asesores Rubén Rocha Moya. Oceguera participó en el 2016 “en las sombras” en la campaña de Quirino Ordaz Coppel, gobierno para el que trabaja Rubén Rocha Moya.

En el informe hecho llegar a Andrés Manuel López Obrador se especifica que Rubén Rocha fue coordinador general de asesores del priista Jesús Aguilar Padilla; ahora con el priista Quirino Ordaz Coppel es también coordinador de asesores. Cuadra la vinculación de Aguilar con Enrique Coppel y Víctor Manuel Gandarilla, de la Segob; el parentesco del jefe de Rocha Moya, Quirino Ordaz con Enrique Coppel”, señala el reporte.

Rocha Moya trabajó en el ISSSTE al lado de quien fuera coordinador de la campaña del priista Jesús Vizcarra Calderón, Florentino Castro–especifica el documento-: además “carece de capital político. En el 2016 jaló a una fracción de ex universitarios que militaban en Morena al proyecto electoral de Quirino Ordaz”, generando el repudio de los morenistas puros.

De Imelda Castro Castro, el equipo de seguimiento y estrategia tiene información de que el 2010 apoyó al “priista” Mario López Valdez, alfil de Juan S. Millán Lizárraga, en la alianza PAN-PRD. Imelda Castro fungió del 2011 al 2013 como Directora de Agroindustrias de la Secretaría de Desarrollo Económico del gobierno de Mario López Valdez, a quien AMLO ha tildado de corrupto.

Después fue diputada local “pluri” y de ahí “brincó” a la regiduría “pluri” en el ayuntamiento de Culiacán.

De Teresa Guerra Ochoa la información es en el sentido de que “no gana elecciones”; ha sido fallida aspirante a la candidatura del PRD al gobierno de Sinaloa, diputada pluri perredista” y apoyó, junto con su hermano Juan Nicasio Guerra Ochoa, la candidatura de Mario López Valdez del PAN-PRD en el 2010. Juan Nicasio le apostó a la alianza PAN-PRD-MC para el proceso 2018.

Juan Nicasio fue secretario de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural en el gabinete de López Valdez. La dependencia está bajo investigación de la Auditoría Superior de la Federación.

En unos días más será enviada a Sinaloa una comitiva de Andrés Manuel López Obrador para procesar la restructuración total del comité directivo estatal de Morena que ofrece muestras de que ya entregó anticipadamente el partido a los “intereses de ex gobernadores del PRI y a los de Quirino Ordaz”.