Ensordecedor rescate de palabra

Los Mochis, Ahome, Sinaloa, 23 de diciembre del 2021. El ulular de las sirenas es ensordecedor.

Es tanto el uiuiuiuiui, uiuiuiuiui, uuuuuu que asusta a transeúntes y automovilistas, quienes al ver pasar esa caravana de motopatrullas, cuatrimotos y patrullas en fila india no hayan qué hacer.
En la caravana hay 40 motopatrullas, 6 motonetas y 13 nuevas patrullas.

Estas ya no son azules, sino blancas con una franja en tinto a los costados. Es la 4T. Son los nuevos tiempos.

Es equipamiento de todos los ahomeses. Son 30 millones de pesos rodando para su seguridad.

Mientras la caravana se aleja de la explanada Constitución, el alcalde, Gerardo Vargas intercambia impresiones con los funcionarios que se han quedado a saludarlo, pedirle alguna intervención o hacer gestiones en lo corto. A todos los atiende y los encamina hacia los funcionarios a quienes les pide atender a la ciudadanía.

Recién, el Alcalde acaba de improvisar un discurso. Esta sobre una tarima que se instaló para la entrega al pueblo del equipamiento.

“Vengo a recoger mi palabra y la del gobernador, Rubén Rocha Moya, que andando en campaña ofrecimientos equipar la seguridad, y aquí estamos. Más patrullas y uniformes. No son cualquier cosa, porque antes se compraban de una calidad y se entregaba una distinta. Ahora no, lo que la policía pide, se entrega”, aseguró.

Vargas Landeros estaba firme. Se veía resuelto. Miraba a los ojos de los pocos testigos que se reunieron en el lugar.

Y dijo para sus adentros: “Ya hizo ruido, el color tinto. Es de la 4T, y no se pasó sobre ninguna ley porque el azul y gris quedó cancelado cuando se terminó el Subsidio para Seguridad Pública (Subsemun), así que ahora son tinto, como la 4T”.

Además, aclaró, el color no es lo que importa, sino lo que está adentro, en referencia al policía.

Y en ese punto, cuenta una anécdota de un policía que en ese mismo lugar devolvería a una persona una billetera con dinero que se encontró.

El Alcalde reconoce la acción y ofrece al gendarme que si no es reconocido por la institución, él lo hará. La ocurrencia le gana aplausos.

El ulular sigue escuchándose ya lejos, y Vargas Landeros sube escalares hacia su despecho. No voltea, peso con su dedo índice va indicando que lo escucha.

Ya ha rescatado su palabra que empeño meses atrás. Ofreció resultados, y allí van rodando en las calles. Al paso, ensordece a transeúntes y conductores.