Qué es la “pobreza franciscana”, la nueva bandera de AMLO
Hacia la recta final de su gobierno el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), advirtió que cambiará la bandera de la “austeridad republicana” para abrazar la de la “pobreza franciscana”, ello mientras alista una serie de medidas con las que buscará que los funcionarios públicos se “abrochen el cinturón” y eviten caer en las garras del despilfarro.
el titular del Ejecutivo Federal dijo que la Cuarta Transformación (4T) entraría en una nueva etapa para adoptar el estilo de vida franciscano al limitar los viajes al extranjero, disminuir viáticos y optar por la comunicación a larga distancia y otras medidas sin caer en despidos porque “la nómina es sagrada”.
“Ya vamos a pasar de la fase de la austeridad republicana a una fase superior que es la de la pobreza franciscana, porque tengo reunión mañana con el gabinete y vamos a llevar a cabo medidas de austeridad adicionales”, dijo en “la mañanera” mientras destacaba que en su administración se ha logrado el ahorro de “2 billones de pesos”
La pobreza es una de las principales características de las órdenes mendicantes que se dividen en agustinos, dominicos y franciscanos, éste último inspirado en la vida de San Francisco de Asís y que tuvo su origen en el año 1208, cuando el diácono optó por llevar una vida de pobreza inspirado en las palabras del Evangelio.
Según el sitio de la organización Loyola Press, el origen de la “pobreza franciscana” se remonta entonces al capítulo 10 del Evangelio según Mateo en el que se narra que Jesús envió a sus apóstoles a predicar y les instruyó no llevar “oro, ni plata, ni dinero en sus bolsas, ni alforja para el camino ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón”.
Al ser Francisco de Asís consciente de la pobreza que azotaba a los ciudadanos en esa época, tomó la decisión de abrazar la pobreza como Dios lo hizo al hacerse humano en la forma de Cristo para predicar la paz, el amor y la penitencia.
Fue así que en los principios de la orden franciscana se instauró el dar las riquezas a los pobres, vivir sin bienes, no tener salarios, gozar del espíritu de servicio y depender de la “buena voluntad del pueblo”.
Para finales de la Edad Media esta pobreza llegaba al grado de que los franciscanos vivían en grandes monasterios donde ellos cultivaban sus alimentos y sus cuartos eran básicamente celdas, sin ningún tipo de decorado.
En este sentido, la austeridad se diferencia de la pobreza en tanto que la primera es tener lo mínimo necesario para sobrevivir, mientras que la segunda alude al bien necesario para comer sin necesidad de algo más.