Cargos criminales y prisión: el alto costo que pagó un policía por reportar reunión de García Luna con “La Barbie”
Francisco Cañedo Zavaleta, exagente federal, reveló una supuesta reunión entre el exfuncionario y altos mandos del Cártel de Sinaloa
La segunda semana de audiencias en el juicio contra Genaro García Luna culminó con testimonios que habrían corroborado, una vez más, la cercanía entre el exsecretario de Seguridad Pública y miembros del Cártel de Sinaloa.
Entre los testigos que subieron al estrado para declarar el 2 de febrero estuvo Francisco Cañedo Zavaleta, exintegrante de la Policía Federal que aseguró haber presenciado una reunión entre García Luna, Édgar Valdez Villarreal, alias “La Barbie” y Arturo Beltrán Leyva, alias “El Barbas”.
Según su narración, el 19 de octubre de 2008, mientras estaba en sus días de descanso, circulaba sobre la carretera Cuernavaca – Tepoztlán cuando vio a varias camionetas Suburban a un costado del camino.
Al brindar mayores detalles por petición de la fiscal Saritha Komativeddy, el expolicía federal contó que al pasar junto a las camionetas disminuyó la velocidad de su auto y vio a Genaro García Luna, quien estaba “con Arturo Beltrán Leyva y vi a La Barbie”. Este último, de acuerdo con su recuento de los hechos, llevaba un arma larga.
Dos de las Suburban que Cañedo confesó haber visto se dirigieron al Fraccionamiento Los Limoneros, ubicado sobre la avenida Paseo de los Naranjos. Cuando la fiscal cuestionó si había visto algo en particular en los vehículos, el exagente contestó: “en la primera iba Arturo Beltrán Leyva en el asiento de copiloto y atrás de él La Barbie, en el otro vehículo iba manejando el señor García Luna”.
Tras el inusual episodio, Cañedo Zavaleta decidió hablar con uno de sus compañeros, de nombre Óscar Granados Salero y, posteriormente, habría informado la situación al Congreso de la Unión y a Layda Sansores. “Le entregué un escrito señalando las armas cortas y largas, su número de serie y otros documentos que escribí en su computadora”, narró.
Después de haber notificado a la actual gobernadora de Campeche, ella le habría recomendado al expolicía que hiciera una carta anónima para que fuera publicada en el medio Proceso. Tanto Cañedo como Granados habrían firmado los documentos con datos compartidos para dividir los riesgos. “[No firmé] con mi propio nombre, [sino] con el de Óscar Granados Salero, pero puso mi domicilio, el número de teléfono de mi casa y celular”, indicó el testigo.
Las consecuencias contra el expolicía
Después de los hechos de aquel 19 de octubre de 2008, el exagente federal habría sufrido las consecuencias de haber atestiguado y reportado la supuesta reunión entre García Luna y los hombres del Cártel de Sinaloa. “Fui detenido por mis superiores y remitido a la SIEDO, arraigado por 80 días y luego transferido al penal de Puente Grande en Jalisco”, detalló.
En 2009, a Cañedo se le imputaron delitos como delincuencia organizada, homicidio calificado, evasión de presos en grado de tentativa y homicidio calificado en grado de tentativa, pues fue identificado como presunto implicado en el fallido intento de rescate de un importante operador de los Beltrán Leyva.
Gerónimo Gámez García, apodado como “El Primo” (por su parentesco con Arturo Beltrán Leyva), “El Jera” y “El Cabezón” era una pieza de gran importancia en la organización criminal a nivel operativo y financiero. Entre sus actividades dentro del cártel estaba la compra de cocaína a cárteles colombianos.
El sábado 18 de abril de 2009, “El Primo” y otros ocho detenidos eran custodiados por agentes de seguridad durante su traslado a un penal del estado de Nayarit. En las inmediaciones del aeropuerto de Tepic, un comando armado a bordo de tres vehículos los interceptó con la intención de rescatar al operador del cártel.
El asalto de los sicarios a los custodios desató una balacera en la que perdieron la vida cuatro uniformados de la Policía Federal, dos de la Agencia Federal de Investigación (AFI) y dos trabajadores del Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) Número 4, conocido como “El Rincón”.
La presunta relación entre el expolicía que testificó contra García Luna y el infructuoso intento de rescate del “Primo” fue que, presuntamente, él y otros oficiales habrían filtrado información a los Beltrán Leyva sobre el traslado del operador criminal desde la Ciudad de México hasta Tepic.
“De acuerdo con la investigación, las circunstancias de la tentativa de rescate de Jerónimo Gámez García y otras ocho personas pusieron al descubierto indicios probatorios de acciones y misiones que hacen presumir que el intento de evasión fue planeado y ejecutado con base en información proporcionada por los elementos policiales”, quedó asentado en un informe de aquel entonces.
Por tal motivo, Francisco Cañedo Zavaleta fue arraigado junto con otros 11 elementos de la AFI: Daniel López Guillermo, Pedro Villagómez Maya, Oliver Lucio García, Alejandro Aguilar López, Cirilo Patiño Valencia, Arturo Negrete López, Martín Leonardo Sosa León, Miguel Lerma Rojas, Roberto Lozano Cortez, María de Lourdes Rodríguez Oble y Jaime Salmerón Roque.
No obstante, sin que se especificara la fecha, Cañedo Zavaleta quedó absuelto de todos los cargos e incluso pudo reincorporarse como policía, función de la que se retiró en noviembre de 2022.