Mingo Vázquez y su pacto con el diablo

Mingo Vázquez y su pacto con el diablo

El candidato de Morena a la alcaldía de Ahome, Gerardo Vargas Landeros, enfrenta electoralmente al abanderado de la coalición “Fuerza y Corazón por México”, Domingo -Mingo- Vázquez, un gángster sindical, un pillo de siete suelas, un mafioso que se movió en las tripas del Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana, al que ordeñó, un sinvergüenza que por años ocultó su pasado y presente turbulento, perverso y mezquino, exhibiendo solamente el rostro de “promotor deportivo” repartiendo bates y pelotas a granel.

Exageradamente enriquecido con sus operaciones ilícitas con careta de “contratos sindicales” con la Comisión Federal de Electricidad, el electricista Domingo -Mingo- Vázquez, sellando pactos con el mismísimo diablo, narcos y políticos perturbados, enloquecidos y rencorosos, trazó un proyecto para seguir amasando más fortuna económica, elaborando estrategias para tomar por asalto electoral el ayuntamiento de Ahome con la socapa o capucha de “hombre honrado”, que no lo es.

Mingo Vázquez pregona que ganará la presidencia y prometió a los narcos, que lo apoyan, según el mismo difunde, la Secretaría de Seguridad Pública Municipal y la Dirección de Tránsito; a Fernando Sapién la secretaria del ayuntamiento; a Mario Zamora la tesorería municipal para que se le entregue a su “amigo” preferido, y al “Metrito” Uribe le ofreció la jefatura de prensa. Roxana Rubio, dirigente estatal del PAN, piensa que le tocará la mitad del botín municipal. Mingo proyectó poner a la Iglesia en manos de Lutero o del mismísimo demonio.

LA PENSION MILLONARIA DE MINGO VÁZQUEZ

Sin asomo de decencia, después de años y meses de silencio y el reparto de miles de bates y pelotas para ganar simpatías, en el 2021 Mingo Vázquez aparece en la política local negociando con el narco y el entonces alcalde Guillermo -El Billy- Chapman, para que éste le heredara el poder municipal. El Billy llegó a la presidencia municipal abanderado por el Partido del Trabajo. La gestión de Chapman fue catastrófica, un escandaloso robadero de los dineros públicos.

Apoyado por el Billy Chapman, Mingó Vázquez compró la candidatura del PT a la alcaldía comprometiéndose a dejar en los puestos claves del ayuntamiento a la “mafia” y a integrantes del “cartel del SAT” del presidente saliente. Para avanzar en su plan contrató los servicios de Fernando Sapién, un ex diputado local del PRI, venido a menos en la política local. Toda la estructura municipal y algunos morenistas se sumaron a la campaña del PT y su aspirante.

En aquella campaña Mingo Vázquez, asesorado por Fernando Sapién y apoyado por “’el líder’ Camacho”, que traicionó al PAN y se refugió en el Movimiento Ciudadano para armar jugadas de manera independiente, se abalanzó furioso contra Gerardo Vargas, candidato de Morena, tratando de “reventar” su campaña. Un día antes de la elección, el centro de cómputo del candidato de la Cuarta Transformación fue asaltado y desmantelado por grupos armados.

Mingo Vázquez presumía contar con el apoyo de grupos delictivos. El día de las votaciones, viéndose perdido promovió el robo de urnas en zonas estratégicas, pero aun así perdió la elección lo que casi lo conducía a un hospital psiquiátrico pues cayó en el comportamiento de un loco que gritaba a los cuatro vientos que habían robado casillas en donde él tenía más votos. El plan le había salido mal: el mismo había alentado el hurto de urnas.

Amargado, Mingo Vázquez se tragó su derrota, no sin antes jurar que se vengaría. Para calmarlo, el secretario general de Gobierno, Enrique Inzunza Cázarez, lo contrató como subdelegado de Turismo en la zona norte, en donde laboró, sin pena ni gloria, alrededor de dos años, mismos en los que se dedicó a coquetear con el PT, con Morena, el PAN, el PRI y todos los partidos, chillando que le habían arrebatado la presidencia municipal y auto llamándose muy querido por el pueblo. Les rogaba que lo hicieran su candidato.

Buena parte de la población llegó a pensar que Mingo Vázquez se había “deschavetado”, pues pateaba los postes que antes escalaba. En el 2024, vuelve a las andadas, y pacta con verdaderos demonios: otra vez con el narco, según el mismo dice; de nuevo alquila a Fernando Sapién, resentido por los golpes de la vida. Mario Zamora Gastélum, Senador del PRI, derrotado en el 2010 por el panista Zenén Xóchihua Enciso cuando intentó convertirse en alcalde de Ahome, y el “’Metrito’ Uribe”, de La Gaceta, se unen al proyecto reciclado del electricista.

Pero el plan de los aliados de Mingo Vázquez no es convertirlo en alcalde pues no tiene ninguna posibilidad de triunfo, sino cobrar venganza contra Gerardo Vargas, quien busca la reelección como alcalde de Ahome por Morena, y a quien Fernando Sapién, Mario Zamora y el ‘Metrito’ Uribe culpan de sus amarguras y desgracias. Mingo convence a Roxana Rubio del PAN con el ofrecimiento de que si lo nombran candidato del PAN a la alcaldía le repartirá parte del botín municipal. Roxana cae por el encanto de la promesa y un plato de camarones.

El sinvergüenza electricista se monta en la candidatura de la coalición PRI, PAN, PRD y PAS, y emprende una campaña de injurias contra Gerardo Vargas, que soporta con entereza y civilidad, hasta que, desde la Ciudad de México, se revela en el periódico La Jornada que el pillo de Mingo cobra una pensión de 362 mil pesos 909 pesos mensuales. Ramiro Cázarez de la revista Mercurio publica las propiedades y los ranchos del electricista mafioso y el periodista Eduardo Sánchez del portal LA CATEDRAL revela las raterías sindicales y el contubernio con los funcionarios de la CFE que le facilitó amasar una fortuna envidiada por los capos del crimen organizado.

Muy a tiempo, el equipo de Gerardo Vargas se percata de que libran una contienda contra un gángster sindical, un multimillonario que explotaba a los trabajadores del sindicato de electricistas, una persona sin escrúpulos dispuesta a todo con el propósito de “controlar” los dineros del ayuntamiento de Ahome sin tener ningún conocimiento de lo que es la administración pública municipal, pues su especialidad es el robo a la CFE.

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