Sigue desaparecido hijo de líder de movimiento por justicia laboral en la Secretaría de Salud
El Día Mundial de las Madres y de los Padres es una jornada que se celebra anualmente el 1 de junio. Si eres madre o padre de familia, seguramente leerás con más empatía esta triste, conmovedora y desgarradora historia:
Una madre ya no huele el dulce aroma de su hijo. Ya no siente cuando su presencia agitaba la puerta y se iluminaba su hogar con la belleza deslumbrante de su sonrisa.
Hoy solamente desliza las cortinas a través de las ventanas esperando verlo aparecer.
Hoy Javier Maximiliano no toca el requinto de la guitarra para que lo escuche su mamá y el silencio pesa más cuando van transcurriendo los días.
Su ausencia diaria hace más opresiva la quietud, mientras los ruidos confusos de la calle le hacen escuchar sus notas lejanas, imaginando y añorando su regreso.
Una desaparición es la más dura de las pérdidas porque no existe consuelo ni resignación. Se mantiene cada día prendida la llama de la vigilia en una larga espera.
Este sábado 1 de junio se cumplen doce días de la repentina y extraña desaparición de Javier Maximiliano Carrillo Grajeda y lo que se observa es un trato indolente como respuesta del Estado frente a la desaparición de este joven en Sinaloa.
No se percibe una investigación efectiva y lo que sí se exhibe es una incapacidad absoluta que raya en la insensibilidad y la indiferencia para dar una respuesta sólida e institucional encaminada a dar con el paradero de este joven y esclarecer con justicia la verdad.
Es algo que pareciera incomprensible pues hay por lo menos un video del joven antes de su desaparición conversando con unas personas en el parque del sector y evidencia no reclamada por la fiscalía e ignorada para resolver el caso.
Desde el martes 21 de mayo de 2024, Josefina Carrillo, dirigente del movimiento que busca justicia laboral en la Secretaría de Salud, sufre la tragedia de la desaparición de su hijo Javier Maximiliano Carrillo Grajeda.
En un artículo publicado el 18 de febrero de 2024 en la edición 1099 del semanario Ríodoce aparecen declaraciones de Josefina Carrillo: acusa al secretario de Salud Cuitláhuac González Galindo de apropiarse de los recursos destinados por el Congreso del Estado de Sinaloa para la recodificación de trabajadores, a lo que el funcionario respondió que en 2024 no habría recodificaciones.
María Josefina Carrillo, está al frente del movimiento de recodificación y es trabajadora social en el Hospital de la Mujer con código administrativo, aunque realiza funciones de trabajo social. Ella quedó al frente del grupo de trabajadores que no alcanzó recodificación en 2023 y lucha por la recodificación de ella y de sus compañeras y compañeros. Ahora piensa que eso pudiera ser la causa de la desaparición de su hijo.
– ¿A como yo soy pudiera tener enemigos con el movimiento? Les digo yo a ustedes: piénsenlo, por favor, ¿qué puede suceder o qué podemos hacer o qué? ¿Qué piensan que pudiera suceder?”, cuestiona públicamente Josefina Carrillo sobre la posible causa de la desaparición de su hijo, al cuestionar la probabilidad de que la desaparición de su hijo Javier Maximiliano Carrillo Grajeda tenga relación con su lucha por la justicia laboral en la Secretaría de Salud.
De hecho, personal solidario con la desgracia de su compañera trabajadora señala, al compartir la imagen de búsqueda, que el joven desapareció después de que Josefina Carrillo tuvo una reunión con el secretario de Salud liderando a un grupo de trabajadores.
– Si lo están haciendo por cuestiones electorales, si están haciéndolo por esto, si lo están haciendo ‘Josefina para que te calmes’… me retiro pero que me regresen a mi hijo porque enemigos, no tengo.
Son las palabras de Josefina en una conferencia de prensa reciente que dio acompañada del defensor de los derechos humanos Oscar Loza Ochoa.
En este caso se expone el desamparo y lo sospechosas que resultan las circunstancias de la desaparición de un joven. Por lo inverosímil del hecho, su madre sospecha que la causa pudiera ser su activismo por la justicia laboral de trabajadoras y trabajadores de la Secretaría de Salud.
¿A COMO YO SOY PUDIERA TENER ENEMIGOS CON EL MOVIMIENTO?
A continuación, la transcripción de un audio que Josefina Carrillo mando a sus compañeras y compañeros trabajadores de la Secretaría de Salud narrando su tragedia:
“Amigas, no tienen idea de todo lo que está pasando y cómo lo estoy pasando, pero lo único que les puedo decir es que Javier Maximiliano no es un muchacho problema, es muy buen hijo. Es un niño bien.
Antes de saber que tenía el problema congénito de su columna hacia deporte. Desde chiquito lo llevaba al basquetbol con los Delfines y después al Parque Revolución con los Caballeros.
Nos enteramos de su columna y se desmoronó junto conmigo porque allí le quitaron su niñez, su vida. Esa noticia nos desplomó a los dos. Anduvimos con neurólogos revisando aquí, revisando allá, las diferentes técnicas, hasta que dimos con la doctora que lo operó de la columna, de la cervical, pero él no puede nadar, correr, ni andar en bicicleta, no puede hacer muchas cosas porque se lo tienen prohibido el neurólogo y el traumatólogo.
Por eso se ha concentrado en la música y en la prepa. Es un muchacho que tengo que estar llevando y trayendo, o pagándole Didi todos los días porque no puede andar en camiones. Él no sale más de dos cuadras de mi casa porque sus amigos los tiene aquí pegados, cerca.
Y es algo tan extraño lo que está pasando porque él, aunque no tuviera saldo, me hablaba de cualquier otro teléfono, se las ingeniaba, porque mi teléfono es de los viejos y solo él sabe el número. Pero toca la casualidad que deja su teléfono con su amiguito que estaban en ese rato platicando y tocando guitarra.
Lo deja cargando y les dice:
– Ahorita vengo.
Ellos piensan que va a la tienda a comprar una Sabritas o algo, o venir aquí a la casa. Ya no regresó para allá con ellos, eso fue a las 8:00 – 8:15 p.m.
Ustedes saben que yo me acuesto temprano y me levanto muy temprano. ¿Cuál sería mi sorpresa que cuando me levanto no escucho el aire ni el abanico ni nada del cuarto donde él duerme? Me extrañó mucho, abrí la puerta y dije:
– ¡No llegó a dormir! ¡Cómo! Si él siempre llega antes de las 10 a dormir.
O de donde esté se viene, apenas que esté cenando con los muchachitos o algo, pues me dice, “Mamá, llegó ahorita un ratito más, porque estoy cenando”, pero siempre me ha avisado.
Ya despierto a la gente y les pregunto:
– ¿No se dieron cuenta que Javier Maximiliano no llegó?
Pues le marcó a Miguel, al amiguito de él y le dije:
– ¿Está Javier ahí contigo?
– No – Me dijo, se fue a su casa a dormir yo creo, porque aquí dejó hasta su teléfono. Se me hacía que estaba en su casa dormido.
(La madre da credibilidad a esta respuesta argumentando lo siguiente:)
Él (Maximiliano) tiene una condición que él, si se acuesta de lo cansado que está del día por sus huesos que tiene como trae el problema, como que se relaja y se duerme, así relajado y se duerme, y Miguel pensó que estaba aquí en mi casa dormido. Yo me acuesto y me duermo y ya no me enteré porque yo siempre tengo la confianza de que él llega a la casa. Y no, por eso se me hace tan extraño que en una cuadra y media de lo que es la distancia de la casa de Miguel a mi casa no haya llegado.
Y más extraño que todas las cámaras no funcionan en ese momento, todas, hasta las que tengo aquí alrededor no funcionan. Me tuvieron que ver seguido desde la prepa que lo fui a recoger a las 6:30 p.m., porque llegaron Miguel y él aquí a la casa a cenar. Cenaron, ya estaba la cena hecha. Y me dijo:
– Ahorita voy a venir. Es que tengo que salir a las 7:45 p.m., ayer me iban a tratar de arreglar lo del whatsapp del otro teléfono.
Y le dije:
– No te vayas, hijo, le dije, porque tú tienes las claves. Tú tienes las contraseñas, le dije, tú las sabes.
– Te las voy a anotar mamá, tengo que estar a las 7:45 p.m., no sé qué.
Pues no, no se fueron ninguno de los tres chiquillos a hacer un vídeo que iban a hacer para una canción que iban a grabar.
¿Cuál será la situación que de aquí se fue a la casa de Miguel y ahí se quedaron un rato tocando la guitarra y pasa todo esto que está pasando? Chequen el punto ¿no se les hace algo muy raro? No tiene enemigos, él se dedica a la escuela y a su guitarra, su música. ¿A como yo soy pudiera tener enemigos con el movimiento? Les digo yo a ustedes: piénsenlo, por favor, ¿qué puede suceder o qué podemos hacer o qué? ¿Qué piensan que pudiera suceder?”
UNA EXTRAÑA DESAPARICIÓN
Se encuentra abierta la carpeta de investigación 9497/2024 en la Fiscalía Especializada por la desaparición del estudiante de la Preparatoria Central Diurna de la UAS Javier Maximiliano Carrillo Grajeda.
El joven de 18 años de edad desapareció el 21 de mayo en el sector del Fraccionamiento Horizontes de Culiacán y la Colonia 4 de marzo, alrededor de las 20:43 horas. Asentamientos vecinos y cercanos a la Universidad Autónoma de Occidente campus Culiacán. Solo una calle los divide.
El hogar de Javier Maximiliano se encuentra ubicado justo al iniciar la colonia 4 de marzo, donde termina el Fraccionamiento Horizontes. La casa donde vive Javier Maximiliano se encuentra en la primera manzana de la colonia 4 de marzo y enfrente de su casa termina el Fraccionamiento Horizontes y en la siguiente cuadra vive su amigo Miguel, es decir, su desaparición fue en los límites de Horizontes y Cuatro de marzo.
Al momento de su desaparición, Maximiliano vestía una camiseta de cuello redondo morada con el logo de los Lakers, con dibujos amarillos y pantalón rasgado de mezclilla azul fuerte. Su ficha de búsqueda dice que mide 1.68 metros, es de tez blanca, complexión media, tiene cabello corto, ondulado y castaño oscuro, así como cejas semi pobladas.
Como señas particulares, tiene una cicatriz de cirugía de cervicales en el cuello y otra en la cadera por un implante, procedimientos que le impiden realizar actividades pesadas y circular en transporte urbano.
Luego de que su mamá le diera de cenar la noche del 21 de mayo en compañía de su amigo Miguel, uno de sus compañeros músicos en una banda de la que forma parte, fue que salieron juntos de la casa de Maximiliano rumbo al domicilio de su amigo Miguel. En la casa de Miguel ensayaron música y Maximiliano salió supuestamente a comprar una bebida a un OXXO cercano.
Sin embargo, ya no regresó y dejó su teléfono celular cargando sobre uno de los amplificadores.
Fue hasta la madrugada del 22 de mayo, que al despertar Josefina se percató de la ausencia de su hijo y posteriormente hizo la denuncia de su desaparición.
Luego se pudo confirmar a través de una cámara de video vigilancia de un vecino, consultada por la madre, que a eso de las 20:43 horas, Maximiliano se quedó platicando con otras personas en un parque cercano. Esas son las últimas imágenes que se tienen del joven desaparecido. Ya no regresó a la casa de Miguel y no se sabe quiénes eran las personas con las que conversó sentado en la banca del parque.
Hasta la fecha la fiscalía especializada en desaparición forzada y la comisión de búsqueda no muestran ningún avance. Ni siquiera se conoce que hayan obtenido los videos de las cámaras de videovigilancia. Pareciera que no hubiera interés en resolver el caso.
– Señor Gobernador, ayúdeme, por favor. Soy otra mamá más que pierde a un hijo, que anda por ahí, que lo tienen por ahí. Por favor, señor Gobernador, ayúdeme, ayúdenos a todas estas personas a volver a ver a Javier Maximiliano Carrillo Grajeda, se lo pido – Es el clamor de una madre.
No hay respuesta.
– Son muchos días que no lo tengo en mi casa, que no lo abrazo, que no le doy una comida, que no voy por él a la escuela. Mi hijo no puede andar en camiones porque está operado de las cervicales y no me lo han dado de alta. Es usted el que puede, usted sabe cómo. Así como ayudó a 66 familias en marzo a sacarlos de donde estaban, también le pido, este es uno, este es uno, quizá saque más de los que pueda, de todos aquellos que estén perdidos, sáquelos también si puede. Ahorita estoy abogando por el mío, me duele mi hijo. Mi mayor anhelo es recibirlo, abrazarlo y darle sus medicamentos y un caldo de pollo.
El silencio es la respuesta.
Lamentablemente Maximiliano debe tomar un medicamento para evitar el dolor que le aqueja por una operación en la columna y lleva doce días fuera de su hogar.
El miércoles 29 de mayo, familiares y amigos acudieron a la misa de siete a Catedral. Luego marcharon con leyendas que claman por ayuda para su localización, desde el centro de Culiacán hasta el Palacio de Gobierno para pedir la ayuda del gobernador Rubén Rocha Moya.
El gobernador no los recibió como tampoco ha contestado los mensajes que le ha enviado la madre desesperada pidiéndole se una a la búsqueda.
En su lugar recibió a la compungida y desamparada madre Rodolfo Jiménez, encargado del despacho de la Secretaría General de Gobierno, alrededor de las nueve. Las crónicas del hecho revelan que el funcionario remitió a la madre con el vicefiscal general Dámaso Castro y el titular de la Fiscalía Especializada en Desapariciones Forzadas, José Luis Leyva Rochín como al mediodía.
Fue todo. No hay nada.
Le dijeron que no tenían avance alguno y solo una línea de investigación que apuntaba a los amigos de su hijo.
– Los convencí que no podía ser Miguel- dice Josefina, quien en los primeros días de la desaparición de su hijo revisó las grabaciones de una cámara frente a un parque donde pudo registrar que estuvo Maximiliano platicando con unas personas.
– Hay por lo menos cinco cámaras por donde pudo haber pasado mi hijo, pero la Fiscalía dice que no puede revisarlas sin permiso – lamenta Josefina, al asegurar que tampoco se ha hecho la revisión de teléfonos, ni siquiera el de Javier Maximiliano, que se quedó cargando en la casa de Miguel sobre uno de los amplificadores.
Josefina expuso que también sufrió un intento de extorsión al pedirle una suma de dinero para regresarle a su hijo y reveló que una semana antes de la desaparición su teléfono había sido hackeado.
Si cuentas con algún dato que pueda facilitar la localización de Javier Maximiliano Carrillo Grajeda, puedes comunicarte a los números 6671841256 o 6671441256 o a través de correo: cebpd@sinaloa.gob.mx
En toda comunicación se garantiza el anonimato.