Encuentran restos de un ‘primo’ del Tiranosaurio Rex en el desierto mexicano, revela el NYT
El descubrimiento de Labocania aguillonae, una nueva especie de tiranosaurio, revela la rica diversidad prehistórica de México.
COAHUILA.- — Hace millones de años, el territorio mexicano fue hogar de una rica diversidad de dinosaurios. Durante la era Mesozoica, especialmente en el Cretácico, estas criaturas dominaban el paisaje.
Un reciente estudio publicado en la revista MDPI Fossil Studies ha revelado un hallazgo fascinante: una nueva especie del famoso Tyrannosaurus rex, conocida como Labocania aguillonae, encontrado en el desierto de Chihuahua, México.
Restos de dinosaurios guardados en un cajón por 20 años
La historia de este hallazgo se remonta a 2002, cuando un grupo de arqueólogos encontró una serie de huesos en el desierto chihuahuense.
Sin embargo, debido a su mal estado, los restos fueron guardados en un cajón del Museo del Desierto, donde permanecieron olvidados por más de dos décadas. Pero la historia cambió cuando un investigador decidió reexaminar esos restos olvidados.
Nick Longrich, coautor del estudio y paleontólogo de la Universidad de Bath, comentó que los restos parecían “un montón de escombros” cuando fueron descubiertos, lo que explica por qué pasaron desapercibidos durante tanto tiempo.
“No les culpo, cuando ves un montón de huesos desmoronados en un cajón de museo, parece bastante decepcionante, un montón de escombros”, Nick Longrich, paleontólogo de la Universidad de Bath.
Al analizar los huesos distintivos del cráneo, encontraron que era una nueva especie del género Labocania descrito en Baja California en 1974. La nueva especie ha sido nombrada “Labocania aguillonae” en honor a la paleontóloga coahuilense que descubrió los restos, la profesora Martha Carolina Aguillón.
Así lucía el dinosaurio mexicano
Características distintivas de Labocania aguillonae
El Labocania aguillonae se presenta como un depredador notablemente distinto de su famoso primo, el Tyrannosaurus rex. A continuación, se detallan sus características más destacadas:
Estructura corporal esbelta: A diferencia del robusto T. rex, Labocania tenía un cuerpo más ligero y ágil, lo que le permitía moverse con rapidez en su entorno.
Patas largas: Sus extremidades traseras eran largas y fuertes, ideales para la caza, permitiéndole alcanzar velocidades que lo hacían un cazador formidable.
Ojos grandes: Este rasgo pudo haber sido crucial para cazar en condiciones de baja luz, dándole ventaja sobre sus presas en el crepúsculo o durante la noche.
Hocico robusto: Con un hocico pesado y fuerte, Labocania estaba bien equipado para atrapar y acabar con presas indefensas, alimentándose principalmente de otros dinosaurios y reptiles grandes.
Tamaño imponente: En su etapa juvenil, este tiranosaurio medía aproximadamente 6.5 metros de longitud y podía crecer hasta 10 metros, convirtiéndolo en un depredador dominante en su ecosistema.
Estas características no solo lo hacen destacar entre otros tiranosaurios, sino que también sugieren que Labocania ocupaba un nicho ecológico diferente, contribuyendo a la diversidad de vida en el oeste de América del Norte durante el Cretácico.
Revela que hubo diversidad entre especies de tiranosaurios
Los investigadores, al describir el hallazgo en la revista MDPI Fossil Studies, enfatizaron la importancia de este descubrimiento como la pieza que faltaba para entender la diversidad de tiranosaurios en América del Norte.
Aunque tradicionalmente se ha considerado que el Tyrannosaurus rex era el representante más emblemático de este grupo, el descubrimiento de especies como Labocania sugiere que existían diversas formas y adaptaciones en estos depredadores.
Durante los últimos 70 millones de años, múltiples especies de tiranosaurios habitaron el oeste de América del Norte. La mayoría de los fósiles conocidos provienen de las Grandes Llanuras y Canadá, donde se han encontrado ejemplares como Albertosaurus y Daspletosaurus.
Dinosaurios sureños que se adaptaron al ecosistema
Sin embargo, el surgimiento de Labocania aguillonae indica que también había una población sureña con características únicas.
El Labocania aguillonae, con su complexión más ligera y patas largas, representa un tipo de tiranosaurio que se adaptó a un ecosistema diferente al de sus parientes del norte. Estas adaptaciones pueden haber sido beneficiosas para la caza en ambientes variados.
El análisis de los fósiles sugiere que había al menos cinco a diez especies distintas en diferentes regiones de América del Norte, cada una ocupando su nicho ecológico.
Un futuro prometedor para la paleontología en México
El hallazgo de Labocania aguillonae es significativo no solo por ser la segunda especie de tiranosaurio identificada en México, sino también porque su descubrimiento arroja luz sobre una población sureña de tiranosaurios que era diferente de los encontrados en el norte.
“México ha sido menos estudiado que sus vecinos del norte, pero tiene vastos desiertos llenos de fósiles esperando ser encontrados”, concluyó Nick Longrich.
Este descubrimiento resuelve un enigma que ha perdurado por 50 años en la paleontología y refuerza la relevancia de México en el estudio de dinosaurios.