Ernesto Reséndiz: Detrás de Smart Plus y el fraude financiero global

POR: JORGE ARAGÓN
Imagina poder cambiar radicalmente tu vida, multiplicar tus ingresos en un abrir y cerrar de ojos, disfrutar de más tiempo para ti y tus seres queridos sin preocupaciones económicas y tener la oportunidad real de alcanzar una plenitud financiera en poco tiempo. ¿Sabías que hoy día existen “nuevos modelos económicos y de negocio” que prometen todo esto?
Estas preguntas y afirmaciones han surgido a modo de marketing en un alarmante contexto de proliferación de esquemas Ponzi, que podría llevarnos a enfrentar el mayor fraude piramidal de nuestra época en México.
Para aquellos que no estén familiarizados, un esquema Ponzi es una forma de fraude donde se promete a los inversores, en la mayoría de los casos, rendimientos elevados con poco o ningún riesgo. Sin embargo, las ganancias que reciben los primeros inversores provienen del dinero aportado por nuevos inversores, no de ganancias genuinas. Eventualmente, el esquema colapsa cuando no se pueden atraer suficientes nuevos inversores para pagar a los anteriores, dejando a muchos sin su dinero.
Entre varios de estos esquemas que han operado durante años en vacíos legales en México se encuentran Smart Plus, Billions, Impulso 3.0, Cryptosafe, IM Academy, Defilabs y Bionix, los cuales ofrecen rendimientos verdaderamente anormales que oscilan entre el 8% y hasta el 12% mensual, una tasa anual que a veces supera el 100%.
Estos rendimientos, según los miembros de estos esquemas, se obtienen principalmente a través de inversiones en criptomonedas. Los líderes, supuestos expertos en manejar estas inversiones, afirman contar con la ayuda de “brokers”. Sin embargo, el mercado de las criptomonedas es notoriamente variable e inestable, lo que hace muy dudoso que puedan obtener consistentemente las ganancias prometidas. Esto es casi equivalente a ganar la lotería todos los meses… ¿qué tan probable es realmente eso?
Por otro lado, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF) ha advertido en varias ocasiones sobre estos esquemas, que no están regulados como entidades financieras.
Estos esquemas argumentan que la falta de regulación se debe a que promueven la idea de una “economía descentralizada”, una retórica que pocos han detenido a analizar.
Un caso que preocupa particularmente es el de Smart Plus. Este esquema Ponzi ha crecido a tal punto que no solo afecta a México, sino que ha extendido sus tentáculos a países como Argentina, Ecuador, Colombia, España y otras naciones hispanohablantes, además de Turquía, Nueva Zelanda, Japón y Egipto. Esto se puede corroborar fácilmente en la red, donde destaca el video de su último viaje promocional a Japón.
Un aspecto intrigante de Smart Plus es su constitución legal en Vanuatu, un archipiélago conocido por sus laxas leyes fiscales y mínima regulación financiera. Esta circunstancia permite que Smart Plus opere con una aparente legitimidad mientras evade la regulación que enfrentarían en otros países.
Ernesto Reséndiz, el fundador de Smart Plus, ha estado involucrado en múltiples fraudes financieros. Su arresto en Ecuador por un caso de estafa masiva en Machala es un claro indicativo de su historial problemático.
México parece ser el centro de operaciones de Smart Plus y otros esquemas similares. Ciudades como Culiacán, Los Mochis, Guadalajara, Hermosillo, Ciudad de México, Tijuana y Veracruz han sido focos de estos fraudes, especialmente Los Mochis, donde se ha reportado un alto número de miembros activos y afectados.
En las últimas semanas, Smart Plus ha mostrado señales de quiebra y falta de liquidez. Usuarios denuncian que han bloqueado a miles para impedir retiros de su dinero, lo que ha generado pánico entre aquellos que buscan recuperar sus inversiones. Se estima que este esquema comenzó a enfrentar problemas para cumplir con sus miembros desde agosto del año pasado.
Esto sugiere que estamos ante uno de los fraudes financieros más grandes en la actualidad en México, afectando a inversores nacionales e internacionales, lo que podría derivar en problemas aún mayores.
Algunas fuentes indican que Smart Plus tiene alrededor de 230 mil usuarios, siendo aproximadamente el 90% de ellos en México. Grupos de afectados han surgido en plataformas como Telegram, superando ya los mil miembros, donde se comparten pruebas del fraude, que se estima en 200 millones de dólares.
En este contexto, algunos han comenzado a referirse a estos grupos como ‘criptosectas’. Investigaciones sobre otras empresas similares han llevado el tema a los Estados Unidos, donde se han denunciado tácticas coercitivas para mantener la lealtad de los usuarios, como la prohibición de hablar con la prensa bajo amenazas.
La preocupación sobre cómo esta situación impactará el tejido social es creciente. En Los Mochis, se han registrado protestas contra oficinas asociadas a Smart por la falta de pagos, evidenciando la trascendencia de este tema más allá del ámbito digital.
La historia reciente de delitos graves en Sinaloa asociados a fraudes financieros, como el caso de Inverplux, también genera inquietud, subrayando los riesgos que estas estafas representan para la sociedad en general.