Kike Ruiz, acusado de fraude millonario en Ahome, se hace la víctima para evadir la justicia

Enrique Ruiz, conocido como “Kike” Ruiz, enfrenta acusaciones por un presunto fraude superior a los 55 millones de pesos en el municipio de Ahome, Sinaloa. Varios afectados y fuentes cercanas aseguran que el exfuncionario municipal ha manipulado la situación para evadir sus responsabilidades, presentándose como víctima de las circunstancias mientras continúa operando una red de estafas que ha destruido vidas y patrimonios.
Desde hace meses, Ruiz es señalado por haber defraudado a cientos de familias, muchas de ellas en situación vulnerable, a través de esquemas ilegales relacionados con la compra y venta de gasolina robada. Se sospecha que el exfuncionario ha utilizado engaños y promesas falsas para atraer inversores y pagar con el dinero obtenido de nuevos afectados, en un círculo vicioso que ha dejado a muchas familias en la ruina.
Lo que agrava más la situación es la presunta participación de su familia en estas actividades ilícitas. Se sospecha que su esposa, suegro y otros familiares estarían al tanto y podrían beneficiarse de las acciones de Ruiz, manteniendo una red de protección que le permite seguir operando con impunidad en la sombra.
Pese a la gravedad de las acusaciones, Ruiz ha adoptado una estrategia que busca desviar la atención. En diversos momentos, se ha presentado ante la comunidad y los medios de comunicación como víctima, alegando que “no le debe a nadie”, negando pagos y calificando las reclamaciones como “malentendidos”. Sin embargo, las familias afectadas rodaron que la realidad es otra: Kike Ruiz ha convertido su narrativa en una estrategia para engañar y escapar de sus deudas.
Los testimonios de las víctimas muestran a un hombre que, en sus declaraciones, intenta minimizar la gravedad de sus acciones, mientras que en la práctica continúa manipulación y evasiones. La comunidad exige que las autoridades investiguen a fondo, aislen a Ruiz y recuperen los recursos que, aseguran, han sido saqueados de forma ilícita.
Hasta el momento, no hay una resolución definitiva en los procesos legales en curso, pero la gravedad de las acusaciones y el daño emocional y financiero causado a las familias afectadas han generado un clamor general por justicia. La historia de “Kike” Ruiz es, para muchos, un ejemplo más de cómo la corrupción y las redes familiares pueden obstaculizar la lucha contra la delincuencia organizada en la región.
Mientras tanto, los afectados esperan que la justicia prevalezca y se haga justicia para quienes han sido víctimas de una red de engaños que, aparentemente, aún continúa operando en la sombra.