Renato Flores Ramos, vulgar “aviador” en el CRRI 

POR: JORGE ARAGÓN

Pese a las irregularidades durante su “trabajo” como supuesto administrador, el Gobierno del Estado lo mantiene en el cargo por ignorados motivos

Contra y viento y marea se ha logrado sostener como administrador del Centro Regional de Rehabilitación Integral en el Municipio de Ahome Renato Flores Ramos.
Pese a que se encuentra convertido en un vulgar “aviador” cobrando un jugoso cheque, el Gobierno del Estado lo mantiene en el cargo, por lo que ya muchos sospechan que “les sabe algo” a los altos mandos, o bien goza de excelentes “palancas”.
El caso es que este individuo siempre ha pregonado su cercanía con la presidenta del Sistema DIF-Sinaloa, Alma Sofía Carlón de López, que le ha solapado también tremendas borracheras que se organizan en las instalaciones de la dependencia, como ya lo ha admitido él mismo con anterioridad.
Todos lo saben. En una ocasión admitió sin el menor rubor que en el CRRI-Ahome se llevó a cabo un “convivio” que finalmente se convirtió en una bacanal en la cual había bebidas embriagantes “a lo bestia”, dirían algunos.
El también conocido como “administrador patito”, se puso como “placa de tráiler” y nadie le dijo nada.
Al contrario, continúa con su trabajo de “aviaduría”, sin importarle que los problemas en el lugar se sigan acumulando, pues no les presta atención alguna.
Muchas personas han renegado de la desatención que ha sido la característica del CRRI, aunque también hay algunos “privilegiados” a los que se les da prioridad, precisamente por instrucciones de Renato Flores.
Mucha gente se cansa de acudir una y otra vez sin ser recibidos, pues los esbirros o subalternos de Renato Flores también se creen amos y señores de la dependencia y tratan a la ciudadanía prácticamente con la punta del pie.
Presumen que gozan de “grandes influencias” y que nadie podrá hacerles nada; incluso gritan voz en cuello que son protegidos de Alma Sofía Carlón de López.
Se espera que con el cambio de administración el CRRI funcione de acuerdo a los propósitos con que fue concebido y quienes hoy se creen los amos y señores del lugar reciban una patada en el trasero o, mejor aún, que los llamen a cuentas y se les apliquen sanciones ejemplares.