Bernardino Antelo diputado federal con la sonrisa más falsa que una moneda de tres pesos

POR: JORGE ARAGÓN

En lugar de un rostro amable, presenta una grotesca máscara de hipocresía 

Muy lejos quedó la imagen y personalidad de un Bernardino Antelo Esper que mostraba un lado amable, que a veces hasta sincero parecía ser, pues hoy se encuentra convertido en un individuo que muestra rechazo hacia la gente a la que prometió servir sin distinción si lo ayudaban a convertirse en diputado federal.

No son pocas las gentes que hacen un gesto de repulsión cuando el “flamante” legislador, muy obediente a las clases de capacitación que le ofrecieron para que siempre mostrara una cara amable, presenta un burdo remedo de sonrisa acartonada, que más parece una máscara de grotesca hipocresía.

Quienes lo miran piensan que si esa es la imagen que proyecta por fuera, en su interior no debe ser mejor, y la infinidad de promesas que realizó con tal de llegar al Congreso de la Unión, sólo quedarán en eso: promesas sin cumplir.

Dando muestras de su desmedida ambición por escalar peldaños en la política, pese a su reconocida inexperiencia y novatez, el diputado federal desde estos momentos empieza sus maquinaciones para ir en pos de la alcaldía del Municipio de Ahome.

Para ello, busca acercamientos con grupúsculos desvinculados del aún gobernador Mario López Valdez, quien lo apoyó con todo y hoy le vuelve la espalda, desechándolo como un trasto viejo e inservible.

Algo parecido ocurrió cuando fue nombrado como delegado del Comité Directivo Estatal del PRI en Ahome, al ofrecerle la luna, el sol y las estrellas a los entonces candidatos a diputados.

Dicen las malas lenguas que los que aspiraban a una curul en el Congreso del Estado tuvieron que darle “para sus chicles”, ante la promesa de que “todo estaba bajo control”.

A final de cuentas, los ahora legisladores tuvieron que “rascarse con sus uñas”, pues Bernardino Antelo no movió un solo dedo a su favor.