El negocio del Puerto de Mazatlán
El Alcalde Carlos Feltón al cierre de su administración evidencia el desastre financiero y de obras
La iniciativa privada reprueba su gestión
Claro que no se arrepiente de nada. Su gestión como Presidente Municipal lo convirtió en el nuevo rico del Puerto de Mazatlán. Su pésima imagen logró no solo el repudio de los representantes de la iniciativa privada que lo desairaron en su último informe sino de varios sectores sociales.
No es nuevo. Carlos Eduardo Feltón González tiene un catálogo de denuncias envidiable. Se le inculpa de señalamientos por sobreprecio en el arrendamiento de 77 unidades terrestres que ya barajean los nuevos integrantes de la Comisión de Fiscalización del Congreso local.
Sus múltiples manchitas en la Auditoría Superior del Estado y en la Auditoría Superior de la Federación lo dejan más que pinto y estigmatizado. Pero la denuncia pública en la asociación “Mexicanos contra la corrupción y la impunidad”, terminó por acercarlo a los grandes políticos marcados por la podredura.
En el puerto nadie olvida como el Alcalde espoleó junto a Salvador Reynosa, Carlos Ernesto Tapia y María del Rosario Torres Noriega, jugadas que le procuraron importantes dividendos. Su gestión siempre se encaminó a hacer dinero de las operaciones públicas.
Las sospechas son muchas. Una recae en el sobreprecio de las unidades motrices de la empresa Lumo Financiera del Centro S.A. de C.V., SOFOM, E.N.R., otra en las reasignaciones millonarias a múltiples obras como la remodelación del Malecón, el tiburonario, el Parque Martiniano Carvajal y la alberca olímpica.
El Flaco palmeras en su último informe no solo no dijo la verdad de sus obras sino que incluso manifestó como terminadas varias que aún no lo están. El Tiburonario, la alberca olímpica, el centro de seguridad ciudadana y el Parque Martiniano Carvajal son claro ejemplos.
Alberca de Cristal
Vaya que intriga a la ciudadanía. La construcción del Tiburonario en Mazatlán y su largo proceso esconde y a la vez muestra serias irregularidades. La polémica ya rebasó las dudas.
La corrupción mueve las enmarañadas aguas de este recinto que une al Presidente de Mazatlán Carlos Feltón con funcionarios de primer nivel del Gobierno estatal de la Secretaría de Obras Públicas.
Lo peor es que el actual Presidente de Canaco en ese lugar Omar Osuna Osuna, es el constructor más señalado por la ASE y aun sin consecuencias jurídicas.
¿Las dudas de la Auditoría Superior del Estado en su informe del 27 de junio del 2016 se disiparán o caerá finalmente sobre ellos con su espada flamígera de la justicia?. Si se muestra como hasta ahora la impunidad será la reina.
Tiburonario
Ya se escribió en otras ediciones de “Proyecto 3, Voces que rompen el silencio”:
“No tiene tiburones reales, pero los “escualos humanos”, ya se comieron 60 millones de pesos y no pueden hacerlo funcionar.
Es la joya de la corrupción en Mazatlán. Tiene el resguardo y la complicidad del Alcalde Carlos Eduardo Feltón González, el ex alcalde Alejandro Higuera Osuna y del Secretario de Obras Públicas del Gobierno del Estado, José Luis Sevilla Suárez.
Es un proyecto rodeado por depredadores político-marinos que se mueven en la pecera de más de cuatro millones y medio de litros. Sería la más grande de Latinoamérica.
Es una inversión millonaria que “nada de muertito” y que está a punto de hundirse, en una gran vasija acrílica de sospechas e incertidumbres: El Tiburonario del Acuario de Mazatlán.
Dudas
No hay tiburones aún, pero ahí, hay gato encerrado y “mucha agua sucia” que limpiar.
Su operación, de darse, sería riesgosa por las graves deficiencias del sistema de soporte de vida de las instalaciones que quedó en manos de un contratista de escasa experiencia en ese ramo: Osuna y Osuna Arquitectura S.R.L. de C.V.
Los diagnósticos de la obra negra y cuasi terminada no son halagadores y por el contrario dan una visión clara de las negativas consecuencias que pudieran presentarse, aun con todas sus correcciones.
Se acaba el tiempo. Es la cuenta regresiva de un espectáculo marino que pudiera mostrar tras su caja de cristal a los verdaderos tiburones del presupuesto: el constructor de Osuna y Osuna Arquitectura, al Alcalde Carlos Eduardo Feltón González, al ex presidente el Diablo Higuera Osuna, al Secretario de Obras Públicas, José Luis Sevilla y al Jefe de la Unidad de Inversiones del Gobierno del Estado, José Luis López Montiel.
Auditor
Al menos el Auditor Superior del Estado Antonio Vega Gaxiola ahora indica en declaraciones a los medios que hay señalamientos y observaciones en la construcción del Tiburonario que deberán de atender las autoridades de la secretaría de Obras públicas.
La versión de posibles denuncias en contra del titular de la dependencia aún no se concreta.
Tanto él como el Presidente de la Comisión de Fiscalización José Menchaca a todo le dicen que sí, pero no le dicen cuando.
El Tiburonario de momento nada en el mar de la impunidad y tenderá una tablita de salvación para Feltón y su equipo con las complicidades de la Auditoría Superior del Estado. De más fechorías en la próxima entrega.
ESCRITO POR EDUARDO SÁNCHEZ ·