Nora Arellano, retrato de mujer

Asume la dirección del Instituto Municipal de la Mujer como premio a su clientelismo partidista y a su “porreo” descarado a favor del ex Alcalde Arturo Duarte García

El novato juega sus cartas, el jugador intermedio las probabilidades y el experto juega a los rivales.

-Frase popular

Su clientelismo partidista aún le reparte mano en el poker político. La tiene comiendo el pan y compartiendo la sal del presupuesto público en los últimos seis años.

Su devoción por resolver sus ansiedades frente a una pantalla de bingo le debilita la vista y adelgaza su billetera.

Las redes sociales la exhibieron metida de lleno en sus actividades de “gestión” cuando fue Regidora del municipio de Ahome con las maquinitas de un casino en la ciudad de Los Mochis. Su vista se movía en el mundo de las figuras y los números del azar.

Nora Alicia Arellano Chávez ahora representará la salvaguardia de las mujeres ahomenses a pesar de su resquebrajada personalidad, su servilismo oficialista, su incongruente defensoría del servicio público y de su fallida cuota de género antidemocrática y centralizada a favor de solo unas cuantas en el PRI.

Asume la dirección del Instituto Municipal de la Mujer como premio a su servilismo tricolor y a su “porreo” desfachatado a favor del ex Alcalde Arturo Duarte García.

Historia

El que jugó, jugará; que la inclinación al juego se aplaca, mas no se apaga.

-Juan Ruiz de Alarcón

Su llegada al Partido Revolucionario Institucional como líder municipal en Ahome en julio del 2011, despejó más dudas que las certezas que trajo.

Su poética manera de decir se revolvía naturalmente con sus torpezas “hablantinas”:

Este PRI al que ahora llegamos nosotros, simbólicamente a un edificio, es el PRI que está en cada comunidad de Ahome, en cada colonia, es el PRI que late en el corazón de todos que estamos convencidos que de que el PRI es un camino de desarrollo para México. Para nosotros es muy importante decirles que la unidad es el único camino que tenemos los priistas para fortalecernos”, concluía su perorata “pri-fílica.

Su férrea oposición al gobierno panista la llevaron a dejar de lado las aspiraciones del pueblo y preferir las inundaciones de la ciudad por la lluvia, que el endeudamiento por 200 millones de pesos para sacar adelante un megaproyecto de drenajes pluviales.

Era una voz de oposición obligada. Iba por todas y contra todo lo que representara la administración del entonces Alcalde Zenén Xóchihua Enciso. Ninguna dejaba pasar.

Tras sus números, objetivos y metas en el Comité Directivo Municipal: una derrota en la diputación federal, un triunfo en la alcaldía y una diputación local, y un revés más en el tercer distrito electoral rumbo al congreso, dejó la dirigencia para callar su voz crítica al asumir una regiduría en el gobierno de Arturo Duarte.

El entonces líder del PRD, Lucio Tarín observaba su sospechoso silencio al formar parte de la corte de adulación del Presidente municipal ya en el año 2014.

“Su silencio significa o que la tienen bien contenta o que ha renunciado a una línea de congruencia política de formación que ella tiene”, sostendría.

Al revirar, la regidora aseguraba que Tarín se oponía a la modernidad del municipio al resistirse a la construcción de un nuevo palacio municipal que costaría 100 millones de pesos.

Ella se había negado a apoyar un proyecto de construcción de colectores pluviales para evitar inundaciones como líder del PRI y en esa fecha como Regidora estaba de acuerdo con la firma de un contrato de asociación público-privada para construir un moderno palacio municipal que representaba un endeudamiento.

Sus incongruencias sociales respondían evidentemente a sus intereses partidistas y a sus compromisos institucionales.

El juego

El juego es la suprema sensación para aquéllos que no conocen el amor, ese otro juego en que se apuesta el alma.

-Manuel Gutiérrez Nájera

De sus escándalos por enfrentarse a opositores, amigos, enemigos y correligionarios, resalta el tiro que intentó deslizar contra el ex líder estatal del PRI Joaquín Vega Acuña.

Señalaba que el ex dirigente tricolor actuaba como adversario del Partido Revolucionario Institucional al apoyar a los candidatos de Nueva Alianza en el municipio lo que los llevó a perder la diputación federal en el 2012.

La experiencia de Vega Acuña la supo poner en su sitio y en su verdadera dimensión. La veía como una lideresa de membrete. Sin más.

Tras asumir el poder municipal como Regidora, su mudez y sordina solo se rompería para arremeter contra los que tocaran la honra de su Alcalde y para criticar tímidamente al ex director de Servicios Públicos Miguel Gutiérrez Bazúa por su desempeño.

La mutación de su personalidad, antes explosiva por las injusticias sociales y por defender el dinero del pueblo y mostrarse en contra de los endeudamientos, se dejaba ver en todo su esplendor.

Como edil ya era quieta y callada. No veía el gran negocio del despacho que cobraba el rezago del impuesto predial, estaba de acuerdo en las fotomultas y su abuso, toleraba el despilfarro publicitario y el pago de asesores, dejaba pasar el gasto excesivo en viajes y hospedaje y el incremento en el pago de gasolina, entre muchos otros acuerdos con el dinero del pueblo.

Eso sí, mientras la ciudadanía sufría otra vez más las inundaciones de la ciudad, con pérdida de bienes, Nora Alicia disfrutaba de su debilidad por los juegos.

Las redes sociales publicarían su ludopatía. Su éxtasis frente a la máquina. Varias fotografías se movían en el Facebook, twitter y otras páginas para luego ser retomadas por medios de comunicación.

Su rostro, alejado de su responsabilidad como Presidenta de la comisión de cultura del cabildo de Duarte García, enseñaba los estragos del ensimismamiento.

Su conducta cambió. Ya no respetaba el lugar de los discapacitados. Ni frente al PRI, su partido del alma. Estacionaba su vehículo sobre las banquetas sin haber cochera o área para ello, como lo hizo frente a un restaurant chino segada por la prepotencia.

También aprovechaba su condición de regidora para pedir favores políticos. El tráfico de influencias la llevó a presionar al Alcalde Arturo Duarte para intentar sindicalizar a un trabajador que era su amigo. Una publicación la puso al descubierto y la operación se vino abajo. Un mensaje de su puño y letra descuidado por el secretario particular de Duarte, Juan Pablo Rodríguez lo evidenciaría.

La regidora desde entonces era otra.

Sí. Estaba transformada por el dulce embrujo de las maquinitas. Hoy Nora Alicia Arellano Chávez, es la nueva directora del Instituto Municipal de las mujeres en la administración de Álvaro Ruelas Echave.