El infierno de Javier Duarte
El exgobernador de Veracruz es buscado en 190 países acusado de lavado de dinero y delincuencia organizada
El infierno de Javier Duarte. Un gobernador que perdió el piso. De codearse con el rey de España, el Papa y la cúpula del PRI, ahora es buscado en 190 países por la Interpol. Huye sólo con su esposa; fue acusado de peculado y enriquecimiento ilícito por el hoy gobernador de oposición, Miguel Ángel Yunes. También, de haber destinado agua destilada para niños enfermos de cáncer en lugar de quimioterapias.
Duarte de Ochoa fue mandatario de Veracruz de 2010 a octubre de 2016, sobre él también pesan acusaciones como vínculos con la delincuencia organizada; esto no es una novela, es la realidad, parte de la historia moderna de México que no debemos olvidar.
En entrevista con EL DEBATE, Noé Zavaleta, corresponsal de Proceso en Veracruz, narra haber vivido ese sexenio escribiendo de asuntos de seguridad “a salto de mata”. Comenzó a laborar en la revista al cubrir la vacante que dejaría Regina Martínez, asesinada en 2012. Durante el gobierno de Duarte, asesinaron a 20 reporteros y comandos armados desaparecieron a 3 más, cuyo paradero aún se desconoce.
«La forma de trabajar era vivir a salto de mata… se está expuesto a varios frentes, a la represión de estado o a las células del crimen organizado»
Zavaleta conoce de cerca la represión, amenazas y el exilio. Seis meses antes de que concluyera la administración de Duarte, publica un libro de crónicas del sexenio, donde se exponen casos de impunidad, corrupción e incompetencia gubernamental, asimismo se exhibe a policías estatales vinculados con el crimen organizado y agresiones a periodistas.
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Días antes de la presentación formal del libro El infierno de Javier Duarte, ediciones Proceso, el autor recibe amenazas por redes sociales y correo electrónico donde se le vincula con la organización de los Zetas, colocándolo como un blanco para otras células delincuenciales.
Tras la denuncia pública y formal ante la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión de la PGR, Noé Zavaleta tuvo que vivir los últimos meses del gobierno de Duarte en la Ciudad de México y con escoltas. Después, el gobernador priista pidió licencia para enfrentar el proceso en su contra. Ahora, Zavaleta ha regresado a Veracruz, y está claro en que lo ocurrido durante el pasado gobierno no debe quedar en el olvido.
¿Quién es Javier Duarte?
Una persona inmadura que le quedó muy grande el traje para llevar las riendas de 8 millones de veracruzanos. Es inseguro, visceral, caprichoso, que reaccionaba de ‘botepronto’, desde el 2014 ya había perdido el rumbo, el piso, y que fue tan leal a sus amigos cercanos que les permitió que dañaran el erario y robaran el recurso público sin el menor recato; él ya andaba extraviado en sus ínfulas de poder: “yo traje al rey de España por una cumbre latinoamericana, traje los Juegos Centroamericanos, fui recibido por el Papa Francisco”, cuando al estado se lo estaba llevando la ch…
Era muy visceral, alguien altamente vengativo al interior del gobierno; se desquitó políticamente con gente que le fue leal al principio, pero luego le fueron dando la espalda y se quedó solo. Hoy anda huyendo de la justicia sólo con su esposa.
¿Cuándo se comenzaron a encender las alarmas?
Cuando cumplió su primer año: desvíos de recursos, el nulo avance en obras, desfalcos que detectó la auditoría desde antes que llegara Peña Nieto a la Presidencia; poco antes del 2012 ya veíamos que se había ido por el caño. El gobierno federal se dio cuenta en 2013, tardaron más de medio sexenio para reaccionar, fue por cuestiones políticas, lo dejaron pasar, pensaron que medio iba a componer el rumbo. ¿La oposición? fue cooptada: 10 panistas a lo largo de lo que avanzaba la administración se pasaron con cargos públicos al gobierno de Duarte.
¿Cómo surge el libro?
En particular surge por dos temas básicos que en lo personal me marcan: la necesidad de honrar la memoria de personas que hicieron un trabajo destacado en Veracruz y que no merecían morir, académicos, gente de los medios de comunicación que murieron en esta vorágine de violencia que surge en 2009-2010, y entre ellos muere un amigo muy particular, que es Rubén Espinoza, fotoperiodista de Proceso que trabajó en Veracruz, pero que fue asesinado en la capital del país, de hecho el libro está dedicado a él, puedes ver en el libro de gente que murió de la forma más absurda y sus asesinatos siguen en la impunidad.
Y del otro lado, en el mismo sentido es para que a los veracruzanos nunca se nos olvide que los que desgraciaron Veracruz tienen nombre y apellido: es Javier Duarte de Ochoa, pero también son sus cuatro procuradores generales de justicia que tuvo, su secretario de Seguridad Pública, sus seis tesoreros y cerca de 60 funcionarios de primer nivel que propiciaron esta desgracia en materia sobre todo en seguridad, procuración de justicia, no hablemos del tema financiero y de salud, donde causaron una debacle.
¿Pensabas que iba a pasar lo que ha ocurrido?
No me pasaba por la mente, varia gente me dice “tú lo tumbaste”, pero esto es un pequeño grano de arena, lleva más de 100 días prófugo, podrán pasar 200 y amén haya un pequeño funcionario menor detenido, salió ya el exdirector del Seguro Popular, Leonel Bustos Solís, (acusado de desvío de recursos públicos, estuvo 11 días en prisión y obtuvo un amparo) … no creo en la justicia mexicana, sino esto es para mínimo apelar a la memoria.
No creí que iba a pasar esto ni que Los Pinos lo pudieran proteger para que al dejar el cargo se declarara prófugo de la justicia. Me gustaría que me callaran la boca, me gustaría que lo aprehendieran a él y a sus 60 colaboradores, y se llevara varios años en prisión, pero lo veo complicado; la justicia mexicana le apuestan al olvido.