Carlos “Chale” Cota, eterno vividor del sistema
Su principal característica: saqueador de las dependencias en las que ha sido colocado como titular
Carlos Cota Ahumada, mejor conocido como “El Chale”, por obra y gracia de su padrino político, Esteban “El Chino” Valenzuela García, fue nombrado como Recaudador de Rentas en el Municipio de Ahome.
Además de haber sido un capricho y/o exigencia del dos veces alcalde ahomense, “El Chale” Cota se encuentra en su elemento, ese que le permite continuar con sus rapacerías, pues propios y extraños saben perfectamente que es un “vividor” que ha vivido a expensas de los cargos públicos que se le han dado.
Como Recaudador de Rentas, “El Chale” tiene acceso a una caja no chica, sino bien grandota, que corto se le hará el tiempo para saquearla, como ha ocurrido en sus anteriores puestos.
No hay que olvidar que fue también uno de los hombres de confianza de “El Chino” Esteban, a tal grado que lo nombró como su tesorero en su segundo período como presidente municipal.
Esto fue bien aprovechado por el multicitado personaje, que se hinchó sus bolsillos de dinero del pueblo.
Cuando se le acabó la teta, se fue al vecino municipio de Guasave y se le “prendió” a Ramón Barajas, quien lo acomodó en la tesorería para que siguiera haciendo de las suyas.
Ahora, llega a Recaudación de Rentas, una dependencia en la cual la corrupción es el sello distintivo, aspecto en el cual “El Chale” se ha convertido en un auténtico maestro.
Este individuo nunca será un personaje que esté en el área pública para ayudar a la gente, ya que es prepotente y déspota que ningún interés tiene para servir a la sociedad sino para continuar mamando de la ubre presupuestaria, apoderándose de los impuestos de la ciudadanía.
Además, dicen los que saben, “El Chale” ya hizo suyo el grupo mafioso que existe al interior de la dependencia, ya que es el que durante mucho tiempo se ha hecho cargo de las corruptelas, haciendo un auténtico negociazo con los diferentes trámites que ahí se realizan.
Efectivamente. Desde que se hizo cargo de Recaudación, ha estado operando de manera perversa para llenarse las alforjas de billetes, como siempre lo ha hecho en cualquier lugar donde la ciudadanía ha tenido la mala suerte de tenerlo como funcionario.