TONO POLÍTICO || Echado pa’delante

Jorge Guzmán Morales

El Plan Estatal de Desarrollo pudo ser momento para relanzar una administración en crisis, por el contrario, múltiples análisis apuntan a la idea de ser epílogo de ésta

Finalmente y justo en el término señalado en la Ley de Planeación del Estado de Sinaloa, el gobernador Quirino Ordaz Coppel (PRI), presentó ante un “selecto auditorio” y lejos de la ciudadanía, tal y como se ha mantenido en las últimas semanas, el Plan Estatal de Desarrollo, eje rector de las actividades del Poder Ejecutivo, el cual no solamente es requisito, sino documento toral de todo mandato, de ahí su importancia.

 

Con un periodo de gobierno atípico, 4 años y 10 meses, del cual se administraron (pero no gobernaron) prácticamente seis meses, el Mandatario estatal y su equipo, del cual por cierto poco se conoce en los múltiples momentos de crisis por los cuales ha transitado su administración, se atrincheraron, demostrando lo endeble de la operación política, prevención y atención a conflictos.

 

El Plan Estatal de Desarrollo, además de ponerse a modo con los decálogos recurrentes del Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, se contradice en algunos de sus puntos, el “Echados pa’delante” denota la necesidad de permanecer en una zona de confort y parece slogan de campaña electoral, la cual se ha negado abandonar, pero expresa la vulnerabilidad de su gobierno al recluirse y evitar en los hechos afrontar a una sociedad en general molesta.

 

El Mandatario estatal perdió nuevamente la oportunidad de ponerse al frente del Estado, la forma y por supuesto el fondo continua siendo una de sus principales debilidades, al querer demostrar poder de convocatoria, provocó todo lo contrario, el reducido espacio en el Salón Gobernadores, incidió en una acto deslucido ante la incomodidad de los asistentes, completando el escenario con un corto mensaje, así como un  deslucido evento en su conjunto.

 

Aunado a ello, el discurso era invaluable para relanzar su administración en un momento complicado, pero por el contrario éste puede convertirse en epílogo de la misma, la inexistencia de control de los hilos políticos, el tolerar aún la operación de grupos ajenos a su proyecto, si es que existe en realidad alguno, así como el cúmulo de problemas a los cuales no se ofrece respuesta y mucho menos solución, abona al prematuro deterioro del gobierno estatal.

 

Ordaz Coppel ganó la elección de 2016, caracterizada por una participación menor a cualquier otro proceso por la gubernatura, con un porcentaje de abstención del 55.65%, pero al ser designado por el Ejecutivo nacional, se esperaba contaría con fuerza para conducir el destino de una entidad tan compleja como Sinaloa, los graves problemas en materia de seguridad pública y el crecimiento de grupos vulnerables, ofrecían ocasión para establecer ejes de acción ambiciosos.

 

Lejos de ello, la administración estatal pretende compartir responsabilidades con los gobernados, trasladando o tratando de hacer coparticipe de la solución de los problemas a una población agobiada por décadas de saqueo institucional y una corrupción galopante. La situación obligaba el  establecer acciones concretas, pero de forma antagónica, permea la idea de continuar esperando el viraje del panorama producto del acomodo de fuerzas y no por el control del Estado.

 

Si bien la entidad ha consolidado a Mazatlán como destino turístico, así como apuntar a detonar el desarrollo regional con infraestructura carretera, sumando la importancia del gasoducto, esto debe acompañarse de mejores condiciones sociales y de seguridad. Pero tal y como el discurso de la percepción ciudadana ha caído como castillo de naipes, así también puede derrumbarse el apoyo electoral con el cual el Ejecutivo arribó a la gubernatura.

 

El Mandatario estatal además tiene una evidente falta de operación con el legislativo local, provocando ya un desencuentro en uno de los peores momentos; ante eso, debe recomponer dicha relación, primero por la falta de liderazgo y control en el grupo parlamentario de su partido (no nos referimos del Verde Ecologista, sino al Revolucionario Institucional), pero sobre todo, para compartir responsabilidades con quienes realmente deben ser parte de la solución.

 

Los mediocres niveles en muchos rubros como: pobreza, seguridad pública, desplazamiento forzado de personas, atención a la salud, desarrollo industrial, entre otros, deben superarse. Si bien el Gobierno estatal tiene como herencia, añejos y recientes temas y problemas, es su obligación ineludible tomar el timón, aunque ello signifique “echado pa’delante”, afrontarlos, atenderlos y en especial, darles solución…