México, entre el ruido y la furia
Por razones de calendario editorial, estas notas están programadas para publicarse el 11de octubre. Horas antes de que las Américas originarias conmemoren El Día de la Raza. Nuestra es la de bronce.
Nostálgicos de nuestra identidad nacional, especialmente el 12 de Octubre nos mueve y conmueve de veras. Esta ocasión todavía más. La causa queda explicada a lo largo de la narrativa.
Todas las horas hieren, la última es la que mata
A Enrique Peña Nieto la restan, constitucionalmente, sólo 414 días en Los Pinos. Como solía decir uno de nuestros folclóricos ex gobernadores, se le está acabando el agua al bule. Un típico reloj europeo lo dice de otra manera en su pedestal: Todas las horas hieren, la última es la que mata.
Por fatal imperativo de nuestro Sistema Métrico Sexenal, cuando no hay voluntad de rectificación, en la política mexicana el camino andado no se puede desandar. Lo que no se ha hecho en casi cinco años, no es posible, en la crítica circunstancia actual, reponerlo.
Entre los irreparables déficits que dejará el sexenio de Peña Nieto está, por orden del diseño programático para el periodo, la primera prioridad: Un México en paz.
México, con un tejido social sin costuras, está desgarrado económica políticamente. Emocionalmente incluso, en estos días de tragedia nacional y de desolación en cientos de miles de hogares; muchos de ellos, ensombrecidos por el luto.
La hidra de la corrupción asoma sus mil cabezas
El rapaz y ruin chacal de la corrupción, que ha sido la marca de la casa pinolera, merodea en estos días en que, maliciosamente, se manosean exorbitantes cifras presupuestales para la reconstrucción, que aún no se incorporan a los Criterios de Política Económica para 2018.
A los tecnócratas, con mayor asiduidad a los arrogantes neoliberales, no les gusta que se cuestione su infalibilidad, ni siquiera por causas de fuerza mayor. No por casualidad, quien debe revisar y ajustar esos Criterios, es su autor: El presidenciable secretario de Hacienda, José Antonio Meade Kuribreñas.
Meade pasa, por añadidura, por una situación que compromete una grave elección personal: 1) Su nombre aparece entre los primeros prospectos del Fondo Monetario Internacional para ocupar la vacante gobernación del Banco de México, y 2) Se le considera simultáneamente, en el PRI, en “empate técnico” con el responsable de la política interior, Miguel Ángel Osorio Chong, en la inminente selección de candidato presidencial.
En cualquier opción, Meade abandonaría la secretaría a su cargo antes de que finalice 2017. La conducción financiera de la reconstrucción quedará prendida de alfileres.
¿Cambiará, otra vez, de domicilio, Luis Videgaray?
Conocido el inestable expediente del sexenio -que exhibe la escasez de cuadros calificados para el gabinete presidencial-, pocos se sorprenderían si el huésped de Los Pinos decidiera regresar a Hacienda al canciller Luis Videgaray Caso. Peña Nieto es dado a los “enroques”, si bien como ajedrecista sus dotes dejan mucho a deber.
Aunque algunos “amarradores” oficiosos mantienen en la lista de presidenciables tricolores a Videgaray, éste sólo tienen como soporte el supuesto de sus buenas relaciones personales con un hijo de Donald Trump, y esperar que “la clase” política, aun la priista, acepte un emisario de Washington, está, literalmente, de locos.
Pero todo lo anterior se reduce al terreno de las hipótesis. Muy otro es el escenario que van trazando los macabros hechos, para cuya solución se sacan del canasto puras respuestas casuísticas. Aquello de la planeación democrática para el Desarrollo Nacional, quedó en quimera.
Entre escombros, Enrique quiere relanzar El efecto Peña Nieto
Volvamos al principio de esta entrega. Tenemos a la vista una colección de fotografías de hace nueve años, que un colega reunió para ilustrar un pasquín promocional bajo el rubro El efecto Peña Nieto. Todavía no estaban tan de moda los selfies.
En ese álbum fotográfico vemos al mexiquense en plena precampaña presidencial rumbo a 2012. El personaje, con la clásica casaca roja, estampada con un modificado logo del PRI a la altura del hombro derecho, se gratifica con el cachondeo de mujeres, muchas mujeres reclutadas para los mítines y que, en grado de histeria, algunas intentan asaltar los templetes para tocar al Mesías.
Mujeres indígenas apapachadas, niños besuqueados, jóvenes con sus matracas lanzando porras al potencial ungido. Eran los tiempos de euforia y del te lo prometo y te lo firmo; te lo firmo y te lo cumplo. La firma, ante notario, no faltaba más.
Lo que fue a parar a archivos muertos
Ya en campaña electoral legal, la pluma más rápida de la comarca dejó la rúbrica en 266 compromisos que, el 1 de diciembre de 2012 se dijo, serían fibra y sustancia de los diez ejes rectores de gobierno.
En un corte a agosto pasado, de los 266 compromisos firmados para guiar el plan sexenal, 106 estaban sin cumplir. No solo. Al acometerse en el segundo semestre de 2015 los primeros ajustes-recortes al Presupuesto de Egresos de la Federación, no pocos de los papeles conteniendo compromisos empezaron a ser arrojados a los archivos con todo y la firma, y con el sello: Cancelados.
Para agosto mismo, a partir de 2013 el PRI había registrado en su columna del debe la pérdida de casi cinco millones de votos electorales, a la par que Peña Nieto se inscribía en los anales como el Presidente mexicano más reprobado en la historia de México, con un índice de aceptación popular de apenas entre 12 y 17 por ciento, según un concentrado de ocho estudios demoscópicos consultados.
Por esas mismas encuestas se sabe que el PRI se mueve entre el tercero y cuarto sitio en el cuadro que analiza la intención del voto para 2018.
Se derrumbó el México color de rosa
Desde principios de agosto, una cascada de spot inundó hasta el rincón más remoto de la República con la monserga de lo contado que hay que seguir contando. El riego por gravedad teledirigida fue interrumpido abruptamente por Septiembre negro que nos llegó como parábola subversiva.
La primera reacción fue la irrupción del poder civil, haciéndose cargo de la pavorosa contingencia y sus descomunales consecuencias.
De la retrospectiva recapitulada, párrafos antes, pasamos a la prospectiva. Toma su lugar la sucesión presidencial de 2018.
Algo más enjuto y cenizo, y en algunos casos con sonrisas como rictus, Peña Nieto vuelve a darse baños de pueblo, procurando revaluar, en abono al PRI, El efecto Peña Nieto.
Se exorciza ahora a los héroes civiles de septiembre: “Su espontaneidad anárquica puso vidas en peligro” denuncian los chicos del coro fácil. Vuelven los niños besuqueados, ahora asustados; las mujeres, muchas mujeres indígenas apapachadas. Y viejos indígenas también.
Algunos cronistas ponen el acento rosa a sus relatos: La noticia es que no se autodisparan los selfies. Ni falta hacen, en las pantallas de televisión van pasando a segundo plano las vivas estampas del drama y de los temerarios salvatajes juveniles.
El primer plano de las pantallas, a punto de cadena nacional, lo toman los montajes y las arengas soflameras del México está de pie, gracias a los nuevos pilares que hinca en suelo patrio Fuerza México.
Todo el poder -económico- a Fuerza México
El 20 de septiembre estaba lejos de cuantificarse el balance de la tragedia; apenas se cuadraban cuentas a fin de conocer la disponibilidad de recursos para la reconstrucción. En las zonas indígenas de Chiapas y Oaxaca se clamaba por alimentos porque eran insuficientes Las ollas del pueblo y los damnificados no podían dormir en los albergues inundados por las nuevas precipitaciones.
(En Guerrero, al nuevo clamor luctuoso se sumaban miles víctimas de la tormenta Ingrid y el huracán Manuel de 2013 que, hasta hace unas cuantas semanas, no recibían los apoyos aplicados a vivienda del Plan Nuevo Guerrero.)
El 20 de septiembre, repetimos, no había claridad en materia de recursos remanentes o extraordinarios para la reconstrucción. Pero los socios de la flamante Fuerza México, colocados primero en la fila, arrancaban a Hacienda el primer compromiso fiscal: Deducibilidad sobre donaciones nacionales y extranjeras recibidas.
Apenas un entremés: A los pocos días, para incitar a los particulares a la inversión -sobre todo si son extranjeros- en las Zonas Económicas Especiales, el suculento menú: Exención hasta por 15 años del Impuesto sobre la Renta y tratamiento especial en el Impuesto al Valor Agregado. Más lo que se acumule esta semana.
Desde 2015, Hacienda se había comprometido a no crear nuevos impuestos ni aumentar los actuales. Un compromiso bien firmado y bien cumplido.
Fisco en la quiebra; “contribuyentes” ricos
De lo que resulta la paradójica ecuación neoliberal: Fisco pobre; contribuyentes ricos. Contribuyentes exonerados, remisos o evasores y ricos, por supuesto, no los causantes cautivos, sobre cuyos hombros pesa la losa del erario público.
Desde el punto de vista cultural, social y económico, aun en los suburbios de las zonas metropolitanas de la Ciudad de México, Puebla y Morelos, y desde luego los estados de Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chiapas, según cuadro del Consejo Nacional de Población, más de 90 por ciento de las víctimas de terremotos e inundaciones, es de origen indígena.
Potencialmente, son inminentes nuevas masivas expulsiones territoriales y emigraciones con destino incierto. En México no queda sitio adonde ir.
Se trata de la suma de excluidos históricos y los más de dos millones de damnificados por la furia de la Naturaleza en septiembre, ya sujetos aquéllos a la depredación cultural y de sus recursos naturales por los nuevos conquistadores y colonizadores, que tienen bajo su dominio más del 13 por ciento del territorio nacional. De gratis, además.
Vamos a celebrar el Día de Babilonia
México desvertebrado, Estado quebrado, República fragmentada, familias desintegradas. Y un regimiento de no más de tres mil bellacos en criminal zafarrancho en pugna por el botín 2018-2024.
Un pueblo presa entre el sonido y la furia. El día 12 de octubre, ¿de cuál raza estamos hablando? Tiempos de Apocalipsis, ¿acaso estamos recreando el putrefacto retrato de Babilonia? Es cuanto.