El “guardadito” de Elisa
POR EULALIO VALDEZ
Elisa Pérez Garmendia le fue fiel hasta la ignominia a Mario López Valdez, aunque su papel como directora de Comunicación Social fue gris, mediocre. Pese a sus “negras” cartas credenciales opera hoy para el candidato del PRI al Senado de la República, Mario Zamora Gastélum.
De la fidelidad Elisa se fue a formar parte del “cuartel de guerra” de Mario Zamora, opositor de Malova.
Fueron dos o tres veces que Elisa- según reveló-, que le presentó a Malova su renuncia, en una actitud, dijo, de “congruencia y honestidad política”, por considerar que no tenía el apoyo suficiente para hacer un papel digno y eficiente, pero siempre la convencía para que permaneciera firme en el puesto, prometiéndole que ya vendrían tiempos mejores.
Convencida de que las cosas iban a seguir igual por el desastroso manejo financiero del tesorero, se dejó llevar por el ritmo frenético de la corrupción que se enseñoreó en todo el gobierno.
Elisa siempre se quejaba que las partidas del presupuesto para esa área eran insuficientes y que con frecuencia le llegaba mocha o con recortes, mientras a otros rubros se le daba un trato privilegiado.
En realidad no hubo en todo el sexenio malovista una política de comunicación. La prensa fue tratada con desdén y menosprecio. Solo a unos cuantos medios se les dio un trato especial. Fueron los grandes consorcios periodísticos.
Fue reflejo de un gobierno que despreciaba a los medios “no alineados”. Por un lado ratificaba su respeto absoluto al libre ejercicio periodístico y por otro, en el marco de celebraciones del día de la Prensa, regañaba y hasta humillaba a los comunicadores.
Fue un trauma que nunca pudo superar Malova, tan susceptible a la crítica. Fácilmente perdía la compostura ante preguntas y cuestionamientos incómodos.
Amenazador, solía decir que ‘’no es bueno pelearse con el gobierno “o “bájenle tres rayitas”. El mensaje era no solo para líderes provocadores. Era también para el periodismo crítico.
Elisa se quejaba que siempre tuvo un escollo y un obstáculo insalvable en la figura del tesorero Armando Villarreal, que le regateaba los recursos, haciéndole recortes al presupuesto asignado a su área.
Fueron varias las veces que se quejó con el gobernador, pero éste siempre se inclinaba a favor de su tesorero. Preocupada, Elisa empezó a hacer sus ahorritos, como ella misma decía, para hacer frente a los compromisos prioritarios.
Obviamente aconsejada por su jefe o por el tesorero dejó de pensar en renunciar, sumándose a la legión de funcionarios que se dedicaron a hacer negocios al amparo de sus cargos. Algunos de ellos afrontan demandas judiciales por peculado y desvíos de recursos del erario estatal.
Así, aquella comunicadora, vive ahora sin sobresaltos económicos.
No es posible pensar que con un sueldo de 50 mil pesos, Elisa iba a convertirse en una empresaria restaurantera exitosa. Con un negocio cuya franquicia está valorada en 6 millones de pesos, que le da lo suficiente para vivir en la opulencia, eso sin contar con los bienes inmobiliarios que adquirió a su paso por el gobierno.
Atrás quedaron los tiempos de zozobra, de pobreza y de necesidades en el ejercicio de su profesión. Atrás quedaron los sufrimientos y el dolor de un matrimonio fallido y los escándalos de sus propiedades que se ventilaron en la prensa.
De comunicadora del montón, Elisa, gracias a los buenos oficios de su comadre Rosy Lizárraga, enquistada en la CEAIPES, fue escalando posiciones. Curiosamente, Rosy también anda “pegada” a sus políticas públicas de “transparencia” para beneplácito de Mario Zamora.
Así Eliza Pérez Garmendia logró entrar a la estructura burocrática de la PGJE como coordinadora de prensa. Luego Joaquín Vega la colocó con el mismo puesto en el PRI estatal. Después, el entonces Senador Malova la convenció para que apoyara como vocera su proyecto por la gubernatura.
Fue una pieza importante en esa aventura malovista, proyecto que fructificó por diversas circunstancias, perdiendo el PRI SU HEGEMONIA EN Sinaloa.
Ya en el gobierno, Elisa fracasó en su propósito de hacer un papel digno, decoroso, con resultados tangibles, como vocera, pero resolvió su problema financiero, como dueña ahora de bienes y propiedades millonarias, aunque quedó marcada con el baldón de haber sido parte de la corrupción de un gobierno que tiene cuentas pendientes con la justicia.
Gentes muy cercanas de Malova, como Edna Ahumada y Marcos Galaviz, empleados de cuarta o quinta categoría, recibieron también un trato generoso de su jefe. Ahora son empresarios, dueños de negocios millonarios.
¿Quién pompó…? Como dice el tabasqueño…
“PEDROMANIA”
A varias décadas de la muerte del ídolo de Guamúchil, sigue vigente la “pedromanía”. Muchos de sus seguidores, lo siguen admirando a través de sus películas y sus canciones. A algunos, los más fanáticos, les da por imitarlo.
Uno de sus más fervientes admiradores es el mochitense Humberto Robles, conocido empresario, quien cultivo una gran amistad con Ángel y José Infante, hermanos de Pedro.
En el periodo de Nacho Rodrigo como Presidente Municipal, Pepe Infante fue invitado especial a innumerables celebraciones. Pepe solía hacer presentaciones como cantante, interpretando melodías que hizo populares Pedro.
También Humberto, en reuniones de amigos, hacia oír su ronco pecho, teniendo como marco musical al mariachi, ganándose el aplauso por los gestos y ademanes que hicieron famoso al actor sinaloense.
Robles era como empresario duro y muy exigente. Pobre de aquel que se retrasara en el pago de un adeudo.
Un día, acompañado de uno de sus empleados de la oficina de venta de carros, fue a cobrarle a uno de sus clientes más morosos e irresponsables.
Con voz enérgica, amenazadora, de pocos amigos, le dijo:
—–Vengo a cobrarte y no me digas que no tienes con que pagar…!!!
El cliente, que ya le conocía el lado vulnerable, con voz melosa, con una larga sonrisa, le espetó:
—-Qué bárbaro, que apostura, que parecerse a Pedro Infante!!!
Humberto, sintiéndose halagado, le dio las gracias y dando la vuelta, le dijo a su mozo:
—–Vámonos Chicote, no hay nada que hacer aquí…!!!