Fernanda Rivera capitaliza a su favor la necesidad de la gente pobre
Sin el menor remordimiento Fernanda Rivera Romo utiliza a su favor la necesidad de la gente en condiciones de pobreza y extrema marginación, llevándole “espejitos” a cambio de que voten por ella, pues piensa repetir como diputada local en el Congreso del Estado.
Incluso en las catacumbas de su propio partido se escuchan voces de descontento, ya que el trabajo que la chaparra como legisladora fue deslúcido, opaco, gris, y en lugar de trabajar de manera eficiente se dedicó a hacer campaña, pues desde mucho tiempo antes ya pensaba en postularse nuevamente para continuar mamando de la ubre presupuestaria.
Contrasta en ocasiones de manera ofensiva su vestimenta con la de aquellas personas a las que hipócritamente saluda de abrazo y beso solicitándoles que “por favor” la ayuden a llegar otra vez al Congreso del Estado.
Lo que entrega a la gente de escasos recursos son calificadas como migajas, pues es numeroso el sector de la población que en ocasiones no tiene ni para comer y se conforman con una despensita que no les dura ni dos días.
A cambio, se comprometen a darle su voto a aquel o aquella que “se acordó de ellos”, ignorantes de que únicamente son utilizados con el insano propósito de que les den su voto y después ya no los vuelven a ver ni en pintura.