Quebró Zamora la Financiera, “banco electoral” de Meade
POR: ÁLVARO ARAGÓN AYALA
La orden de “blindar” los acelerados y turbios manejos de la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero, llegó tarde: cientos de millones de pesos habrían de ser detectados como parte de un nuevo “megafraude”, cuyo monto sería destinado a apuntalar financieramente la campaña del candidato presidencial del PRI, José Antonio Meade Kuribreña.
La inminente quiebra de la Financiera Nacional de Desarrollo (FND), es manejada como la “bomba de mil megatones” que haría estallar los estrategas del partido Movimiento de Regeneración Nacional para acabar de sepultar el proyecto del continuismo de Enrique Peña Nieto en la figura del ex secretario de Hacienda y Crédito Público.
En el centro del virtual “megafraude” se ubica a Mario Zamora Gastélum, candidato del PRI al Senado de la República por el territorio de Sinaloa. Zamora fungió “estratégicamente” como director general de la FND en la víspera del “destape” de José Antonio Meade Kuribreña, con quien trabaja hace más de 10 años.
Mario Zamora de la FDN es aspirante al Senado y Meade de la SHyCP es candidato a la Presidencia de la República, ambos por el PRI-PVEM-Panal.
Personal de la Auditoría Superior de la Federación pusieron en manos de Andrés Manuel López Obrador la “auditoría de la regeneración” practicada sigilosamente a espaldas del titular de la dependencia, David Rogelio Colmenares Páramo, y del presidente Enrique Peña Nieto. Es una investigación contable y profunda que “revela las entrañas de la Financiera”, al que llaman el “banco electoral” de José Antonio Meade y Mario Zamora Gastélum.
En la entrada de la auditoría se reseña los “pequeños chantajes” que personal de las delegaciones de la Financiera Nacional de Desarrollo realizaron en la asignación de toda clase de créditos, con montos que oscilan entre el 10 y el 20 por ciento de los préstamos como “apoyo para dar celeridad al otorgamiento de los recursos” en las diferentes ventanillas de la institución.
Plantea también el enriquecimiento inexplicable de algunos delegados y funcionarios de primer nivel de la FND.
La auditoría refleja presupuestos y partidas millonarias, en forma triangulada, para mover cientos de millones de pesos aparentemente para incentivar la producción de alimentos y actividades claves de la economía en algunas regiones del país. En esos movimientos se reflejan recursos en el área de publicidad y propaganda “para impulsar y proteger la figura de José Antonio Meade” y la del propio Mario Zamora Gastélum.
Se detectaron también egresos por cientos de millones de pesos en créditos “prácticamente a la palabra”, sin sustento de pago, para privilegiar a personajes y grupos económicos de distintos estados del país, uno de ellos Sinaloa, donde José Antonio Meade impulsa la candidatura de Mario Zamora Gastélum, quien fuera responsable de la FND.
La indagatoria contable se centró en la “aparente” colocación de 70 mil millones de pesos en el campo mexicano, dinero que en su inmensa mayoría fue a parar a los bolsillos de los poderosos empresarios agrícolas, con reportes de problemas para el pago de los préstamos, quienes se lavan las manos ante Andrés Manuel López Obrador al proporcionarle información sobre la situación de la Financiera para en caso de que llegue a la Presidencia de la República sepan que están dispuestos a colaborar en el combate a la corrupción.
La auditoría hecha llegar a López Obrador refleja en números duros que la Financiera colocó nada más 50 mil treinta y ocho millones de pesos en el campo mexicano, no 70 mil millones de pesos.
De ese importe fueron a parar a manos de los grandes empresarios y corporaciones agrícolas y comerciales (Maseca, grupo Bimbo, Vizur, grupo Pulsar entre otros) 29 mil 509 millones de pesos para los acreditados clasificados con riesgo A, que son los solicitantes que tienen una estructura empresarial poderosa y activos fijos físicos e intangibles de los que no gozan los pequeños productores.
Dentro de la clasificación crediticia B, donde se incluyen productores y comerciantes medianos con garantías suficientes se otorgaron 18 mil millones nueve millones de pesos.
Es decir, entre estos dos rubros, de los más pudientes empresarios agrícolas se colocó casi el 95 por ciento del crédito agrícola en México, es decir 47 mil quinientos dieciocho millones de pesos dejando sólo a los productores pequeños y ejidales ubicados en la clasificación crediticia C, D y E, 563 millones, 397 millones, y mil 560 millones respectivamente.
En la asignación de los créditos A y B se localizaron “rendijas contables y administrativas” por donde se fugaron apoyos discrecionalmente que no se localizan en ningún sector de la producción. Otros recursos fueron detectados en la ampliación de grandes consorcios agroempresariales que enfrentan ya, de antemano, problemas de liquidez, pues no se proyectó adecuadamente su recuperación.
Otra fuga “hormiga” de recursos de la Financiera fue detectada por el personal de la Auditoría Superior de la Federación en el otorgamiento de créditos para la actividad comercial, forestal y pesquera, que se dispersaron en “estados claves” para Meade Kuribreña y Mario Zamora Gastélum. Para recuperar cuando menos parte de esos créditos la Financiera ha recurrido a los juicios de embargos y al posterior embargo de propiedades de los aparentes beneficiarios de los dineros.
Los créditos fueron otorgados “al vapor” para la toma de la foto preelectoral y para mandar una falsa lectura de las bondades del gobierno de Enrique Peña Nieto a quienes tenían interés en instalar o hacer crecer sus negocios. Miles de familias ahora acuden a los tribunales buscando la manera de salvar su patrimonio porque no pudieron ni pagar las tasas de interés de los préstamos.
La investigación de ASF revela una Financiera Nacional de Desarrollo desfalcada, saqueada, donde privó el manejo irregular de su presupuesto y que no apalancó el desarrollo del campo, mucho menos de otras actividades productivas.